Cómo venderles un buzón a gobernadores e intendentes
El anuncio presidencial de la coparticipación de los derechos de exportación de la soja no deja de ser, en gran medida, un chiste de mal gusto.
Si yo fuera intendente o gobernador no me apuraría a festejar el anuncio de la presidente Cristina Fernández de Kirchner sobre la coparticipación de los derechos de exportación a la soja. Es que quienes anunciaron la medida han dado acabadas muestras de no tener códigos ni límites para lo que hacen.
En primer lugar, si yo fuera intendente o gobernador me sentiría mal por ser usado por Néstor para enfrentarme con los productores agropecuarios. Que hay una clara intención política al respecto lo confirma el hecho de que lo que van a coparticipar son solamente los derechos de exportación de la soja. Si los K son tan federales y dadivosos, ¿por qué solo la soja y no todos los derechos de exportación? Claro, la soja es el tema central de debate y por eso se limitaron a coparticipar el impuesto de esa exportación. Para tratar de descolocar al campo. En esta medida no hay ni concepto de solidaridad ni de federalismo, hay solo una ambición de intentar el enfrentamiento de la sociedad. Ya lo hicieron con la Mesa de Enlace, adelantando las elecciones y mil ejemplos más.
Además siempre buscan confrontar diciéndole a la gente que hay pobres porque otros tienen mucho. Es el típico discurso demagógico para quitarse de encima la responsabilidad que les cabe por destruir de tal manera la economía del país que han generado más pobreza e indigencia. ¿Cómo hacen Néstor y Cristina para relacionar la pobreza del conurbano bonaerense con el agro? ¿Acaso los pobres que viven en la Matanza trabajan bajo formas de explotación en algún campo de la zona? Los pobres que Cristina descubrió en Tartagal, ¿trabajan en algún campo de Pergamino, Junín o Azul y son explotados por la “oligarquía vacuna”, o son el producto de la incapacidad que tiene el matrimonio para generar políticas públicas de crecimiento y mejora en la calidad de vida de la gente?
En segundo lugar, viendo la capacidad que tiene Néstor para decir una cosa un día y hacer la contraria al siguiente, si yo fuera gobernador o intendente me preguntaría si, luego de las elecciones, Néstor no le hará firmar a Cristina otro DNU eliminando la coparticipación de las retenciones a la soja. No vaya a ser cosa que se ilusionen y luego les digan: ¿vos te creíste en serio que te iba a dar parte de mi caja?
En tercer lugar, si yo fuera gobernador o intendente, pensaría si lo que Néstor y Cristina me pueden llegar a dar por la coparticipación de las retenciones a la soja no me lo quitarán de las transferencias no automáticas. Como se sabe, hay dos tipos de transferencias de la Nación a las Provincias. Una es por coparticipación, que es automática, y la otra es de acuerdo al paladar del Ejecutivo. Estas segundas son transferencias no automáticas de la Nación a las provincias. El año pasado la Nación le transfirió recursos no coparticipables a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires $ 7.536 millones. Según Cristina, las provincias recibirán unos $ 6.520 millones por este ataque de generosidad de Néstor. Si es así, en una de esas le dan los $ 6.520 millones pero les quitan los $ 7.536 de transferencias no automáticas. ¿Es capaz Néstor de hacer semejante cosa? ¿Le cabe alguna duda al lector? Así que si yo fuera gobernador o intendente no me apuraría a descorchar el champagne y menos a aplaudir porque Néstor, usando la boca de Cristina, es capaz de inventar cualquier excusa para quedarse con la caja. Dicho de otra forma, no me extrañaría que les estén vendiendo un buzón a gobernadores e intendentes.
Claro que todo esto queda subordinado al resultado de las elecciones. Quiero decir, suponiendo que Néstor se presente a las elecciones, es casi seguro que pierden la mayoría en el Congreso. Digo que es casi seguro porque la realidad es que hoy no sabemos si Cristina es presidente porque consiguió los votos o porque los inventaron. Es que las elecciones del 2007 fueron tan poco transparentes y Cristina salió a anunciar su victoria cuando recién se habían escrutado oficialmente solo el 12% de las mesas de la provincia de Buenos Aires, que viendo el comportamiento que tienen uno se siente con alguna inclinación a dudar de la legitimidad del resultado, ergo, ¿quién puede asegurar que Néstor pierde las elecciones en junio o en octubre?
Pero si hay un control eficiente del acto electoral todo indica que ni siquiera en la provincia de Buenos Aires tiene asegurada la victoria. Es llamativo que si Néstor está tan seguro de que va a ganar en Buenos Aires, todavía no haya formalizado su candidatura. Como muy bien me hacía notar Jorge Giacobbe, si alguien mide bien en las encuestas, se queda quieto y no hace grandes anuncios como el adelantamiento de las elecciones, esto de la coparticipación o la modificación de la ley de radiodifusión. Con los líos que hay en el país, dedicarse a estas pavadas indica que, o viven en la Luna o están intentando de todo para ver si Néstor puede mejorar en las encuestas.
Lo cierto es que, de no haber fraude, Néstor pierde la mayoría en el Congreso. Si pierde la mayoría, se acaban los superpoderes, la caja y cuanto capricho le pase por la cabeza. Sin poder manejar el país como un autócrata y en el medio de un lío económico fenomenal, tal vez le dejen el incendio a otro y la coparticipación de las retenciones pase a ser historia como lo fueron los U$S 20.000 millones de inversiones chinas, los créditos para inquilinos, el canje de bicicletas y calefones y demás delirios que hemos vivido en los últimos 6 años.
En definitiva, todos sabemos que el problema no pasa solamente por coparticipar los derechos de exportación, sino que pasa por dejar de pisotear al campo para que pueda producir. Con este anuncio el campo va a seguir agonizando, la actividad económica continuará cayendo y los conflictos de las provincias e intendencias se irán agravando. Salvo, claro está, que Cristina piense que con el canje de bicicletas va a producir una explosión de crecimiento.
© www.economiaparatodos.com.ar
Si yo fuera intendente o gobernador no me apuraría a festejar el anuncio de la presidente Cristina Fernández de Kirchner sobre la coparticipación de los derechos de exportación a la soja. Es que quienes anunciaron la medida han dado acabadas muestras de no tener códigos ni límites para lo que hacen.
En primer lugar, si yo fuera intendente o gobernador me sentiría mal por ser usado por Néstor para enfrentarme con los productores agropecuarios. Que hay una clara intención política al respecto lo confirma el hecho de que lo que van a coparticipar son solamente los derechos de exportación de la soja. Si los K son tan federales y dadivosos, ¿por qué solo la soja y no todos los derechos de exportación? Claro, la soja es el tema central de debate y por eso se limitaron a coparticipar el impuesto de esa exportación. Para tratar de descolocar al campo. En esta medida no hay ni concepto de solidaridad ni de federalismo, hay solo una ambición de intentar el enfrentamiento de la sociedad. Ya lo hicieron con la Mesa de Enlace, adelantando las elecciones y mil ejemplos más.
Además siempre buscan confrontar diciéndole a la gente que hay pobres porque otros tienen mucho. Es el típico discurso demagógico para quitarse de encima la responsabilidad que les cabe por destruir de tal manera la economía del país que han generado más pobreza e indigencia. ¿Cómo hacen Néstor y Cristina para relacionar la pobreza del conurbano bonaerense con el agro? ¿Acaso los pobres que viven en la Matanza trabajan bajo formas de explotación en algún campo de la zona? Los pobres que Cristina descubrió en Tartagal, ¿trabajan en algún campo de Pergamino, Junín o Azul y son explotados por la “oligarquía vacuna”, o son el producto de la incapacidad que tiene el matrimonio para generar políticas públicas de crecimiento y mejora en la calidad de vida de la gente?
En segundo lugar, viendo la capacidad que tiene Néstor para decir una cosa un día y hacer la contraria al siguiente, si yo fuera gobernador o intendente me preguntaría si, luego de las elecciones, Néstor no le hará firmar a Cristina otro DNU eliminando la coparticipación de las retenciones a la soja. No vaya a ser cosa que se ilusionen y luego les digan: ¿vos te creíste en serio que te iba a dar parte de mi caja?
En tercer lugar, si yo fuera gobernador o intendente, pensaría si lo que Néstor y Cristina me pueden llegar a dar por la coparticipación de las retenciones a la soja no me lo quitarán de las transferencias no automáticas. Como se sabe, hay dos tipos de transferencias de la Nación a las Provincias. Una es por coparticipación, que es automática, y la otra es de acuerdo al paladar del Ejecutivo. Estas segundas son transferencias no automáticas de la Nación a las provincias. El año pasado la Nación le transfirió recursos no coparticipables a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires $ 7.536 millones. Según Cristina, las provincias recibirán unos $ 6.520 millones por este ataque de generosidad de Néstor. Si es así, en una de esas le dan los $ 6.520 millones pero les quitan los $ 7.536 de transferencias no automáticas. ¿Es capaz Néstor de hacer semejante cosa? ¿Le cabe alguna duda al lector? Así que si yo fuera gobernador o intendente no me apuraría a descorchar el champagne y menos a aplaudir porque Néstor, usando la boca de Cristina, es capaz de inventar cualquier excusa para quedarse con la caja. Dicho de otra forma, no me extrañaría que les estén vendiendo un buzón a gobernadores e intendentes.
Claro que todo esto queda subordinado al resultado de las elecciones. Quiero decir, suponiendo que Néstor se presente a las elecciones, es casi seguro que pierden la mayoría en el Congreso. Digo que es casi seguro porque la realidad es que hoy no sabemos si Cristina es presidente porque consiguió los votos o porque los inventaron. Es que las elecciones del 2007 fueron tan poco transparentes y Cristina salió a anunciar su victoria cuando recién se habían escrutado oficialmente solo el 12% de las mesas de la provincia de Buenos Aires, que viendo el comportamiento que tienen uno se siente con alguna inclinación a dudar de la legitimidad del resultado, ergo, ¿quién puede asegurar que Néstor pierde las elecciones en junio o en octubre?
Pero si hay un control eficiente del acto electoral todo indica que ni siquiera en la provincia de Buenos Aires tiene asegurada la victoria. Es llamativo que si Néstor está tan seguro de que va a ganar en Buenos Aires, todavía no haya formalizado su candidatura. Como muy bien me hacía notar Jorge Giacobbe, si alguien mide bien en las encuestas, se queda quieto y no hace grandes anuncios como el adelantamiento de las elecciones, esto de la coparticipación o la modificación de la ley de radiodifusión. Con los líos que hay en el país, dedicarse a estas pavadas indica que, o viven en la Luna o están intentando de todo para ver si Néstor puede mejorar en las encuestas.
Lo cierto es que, de no haber fraude, Néstor pierde la mayoría en el Congreso. Si pierde la mayoría, se acaban los superpoderes, la caja y cuanto capricho le pase por la cabeza. Sin poder manejar el país como un autócrata y en el medio de un lío económico fenomenal, tal vez le dejen el incendio a otro y la coparticipación de las retenciones pase a ser historia como lo fueron los U$S 20.000 millones de inversiones chinas, los créditos para inquilinos, el canje de bicicletas y calefones y demás delirios que hemos vivido en los últimos 6 años.
En definitiva, todos sabemos que el problema no pasa solamente por coparticipar los derechos de exportación, sino que pasa por dejar de pisotear al campo para que pueda producir. Con este anuncio el campo va a seguir agonizando, la actividad económica continuará cayendo y los conflictos de las provincias e intendencias se irán agravando. Salvo, claro está, que Cristina piense que con el canje de bicicletas va a producir una explosión de crecimiento.
© www.economiaparatodos.com.ar
0 comentarios:
Publicar un comentario