Amor e Interes

La Falsa Concepción del Amor como Desinteresado e Incondicional destruye su Sublime Valor
Por: Gary Hull, Ph.D.

Cada año en el día de San Valentín, se comete un crimen filosófico. De hecho, se comete durante todo el año, pero su destructividad se ve aumentada en esta fecha. Este crimen es la propagación de una falsedad ampliamente aceptada: la idea de que el amor es desinteresado. El amor, se nos repite constantemente, consiste de auto-sacrificio. El amor basado en interés personal, se nos advierte, es barato y sórdido. El amor verdadero, nos dicen, es altruista. ¿Lo es?

Imagina una tarjeta de San Valentín que se tome esta idea en serio. Imagínate recibir una tarjeta con el siguiente mensaje: “No obtengo ninguna satisfacción de tu existencia. No recibo ningún disfrute personal de la forma en que te ves, te vistes, te mueves, actúas o piensas. Nuestra relación no me beneficia. No satisfaces ninguna necesidad sexual, emocional o intelectual mía. Eres sujeto de caridad para mí y estoy contigo sólo por lástima. Besos, XXX.”

¿Educación? ¿Gratuita?

El uso de la razón es una capacidad humana que suele ser destruida mientras una persona crece. Esta bella virtud que nos regaló la naturaleza, la perdemos gracias a la "educación" que recibimos desde que somos pequeños e indefensos. Este "aprendizaje" lo único que logra es arruinarnos nuestra capacidad creativa, limitar nuestro conocimiento, nos produce un especial desinterés en aprender y nos adoctrina de tal forma que terminamos justificando la violencia estatal en casi todos los aspectos de la vida.

Debemos entender que la "educación pública", ni es educación ni es gratuita como muchos piensan ¿por qué? Veamos.

La pobreza no es culpa de los ricos.


El viernes 3 de junio se le entregó un premio humilde a un hombre humilde: el Premio Juan de Mariana a toda una vida dedicada a la defensa de la libertad fue a parar a Giancarlo Ibargüen. La corbata de color "rojo Marroquín" delataba, no sólo a él sino a todos los que vinieron desde Guatemala para festejarle, su procedencia: la Universidad Francisco Marroquín.

Su humildad, una de las trazas de su categoría personal, le llevó a interpretar la concesión del premio como un homenaje a la institución que lidera y dirige, y en realidad no era así, el Premio era para él. Pero eso nos permitió a los asistentes a la Cena de la Libertad y a todos los que lo deseen (el vídeo ya está disponible) disfrutar de una lección magistral de pedagogía.

Es el capitalismo, estúpido

Joan Tubau

Sabía que los antisistema eran liberales pero no conseguía desenmascararles. Quería demostrar empíricamente sus raíces capitalistas y no caía en lo fácil que iba a resultar pararles una trampa. Su filosofía barata iba a rendirse ante la teoría económica más básica, un simple experimento les delataría. Vender una cuantas cervezas en Plaça Catalunya sería suficiente. Con posibilidades mucho más atractivas para una noche del viernes (Sutton) y arriesgando parte de mi capital (que no es mucho), decidí entrar en un supermercado para comprar todas las cervezas que encontrase. Era arriesgado, lo sé, pero el capitalista es aquél que sacrifica su tiempo y su esfuerzo en pro de un beneficio futuro, y aquella era, a priori, una buena inversión. No me lo pensé dos veces, la verdad. Compré 600 latas de Estrella Damm y las cargué en el Volvo de mi padre. El coche en doble fila en Ronda de Sant Pere y un reto por delante, demostrar que el capitalismo es el mejor de los sistemas. Con un marketing de baja calidad (“cerveza 1€ amigo”) y un poco de suerte (la grúa no apareció por la zona), conseguí demostrar que Milton Friedman habitaba en las almas de los campistas. Vendí todas las latas en 3 horas. 250€ de beneficio neto.