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Jugo de limón y Libertad

¿Qué hace cuando la vida le proporciona limones? Si usted está a punto de decir “hago limonada”, asegúrese primero de contar con un permiso o podría recibir una visita inesperada de un funcionario del gobierno. Este sábado es el “Día por la Libertad de la Limonada”, que es una protesta contra–agárrese fuerte–los cierres gubernamentales de los puestos infantiles de limonada.

Usted probablemente ha visto las historias acerca de los gobiernos clausurando los puestos infantiles de limonada. Si no lo ha hecho, aquí están los resultados solo de Forbes.com. Ciertamente no soy la primera persona en escribir sobre esto: E.D. Kain, por ejemplo, se ha expresado firmemente sobre los puestos de limonada en un par de ocasiones 1, 2) y dirige a los lectores hacia un caso similar en Salem, Oregón donde funcionarios han perseguido a una mujer que se encontraba realizando ventas en su jardín para solventar un tratamiento de cáncer de huesos.

Pensando en la secesión

Por José Benegas

No creo que pueda obligarse a un país a pensar, a comportarse, a ser lógico. Tampoco me parece que la queja sea legítima en tanto no esté implícita la opción de la ruptura. No se puede sostener una relación de enfrentamiento con un sistema de valores como el que impera y crece en la Argentina de manera eterna si no se está dispuesto en algún momento a desistir y simplemente separarse, seguir un propio camino. La queja agota, pero más agota la queja del que está atado al objeto de su queja.

En los países se vota más o menos dentro de un rango de posibilidades. Está claro que si un cincuenta por ciento de un país llega a votar por los que le roban y mienten en la cara, defienden la pelotudez más insólita sin vergüenza y se dedican a perseguir a los demás el tiempo de la queja está agotado. Acá es donde el sistema político es rígido al punto en el que parece que nos dijera “cállate y seguí votando”. Reemplacemos votar por otro verbo y nos acercamos a la cuestión.

Hollywood en acción

por Alberto Benegas Lynch

Los artistas en la mayor parte de los casos se expiden sobre temas sociales incurriendo en todo tipo de falacias y gruesas equivocaciones.

Lo llamativo es que cuando alguno de estos artistas abandona el socialismo para abrazar la causa de la libertad, los colegas le hacen un vacío inmenso condenándolo al ostracismo porque les parece que se ha traicionado vilmente la causa.

Una vez escribí un artículo titulado “El síndrome del poeta” donde señalé que en general poetas, escultores, pintores, escritores de ficción y otras manifestaciones artísticas están compuestas por personas de gran sensibilidad que cuando se pronuncian sobre temas sociales lo hacen siguiendo sus primeros impulsos sin estudiar el tema. Hayek insistía que en economía la primera inclinación habitualmente está mal ya que esta ciencia es “contraintuitiva”: lo que se intuye en primera instancia no conduce a conclusiones acertadas ya que un análisis correcto requiere profundizar en “lo que se ve y en lo que no se ve” para recoger la conocida perspectiva de Bastiat que luego tomó y expandió Henry Hazlitt.

Amor e Interes

La Falsa Concepción del Amor como Desinteresado e Incondicional destruye su Sublime Valor
Por: Gary Hull, Ph.D.

Cada año en el día de San Valentín, se comete un crimen filosófico. De hecho, se comete durante todo el año, pero su destructividad se ve aumentada en esta fecha. Este crimen es la propagación de una falsedad ampliamente aceptada: la idea de que el amor es desinteresado. El amor, se nos repite constantemente, consiste de auto-sacrificio. El amor basado en interés personal, se nos advierte, es barato y sórdido. El amor verdadero, nos dicen, es altruista. ¿Lo es?

Imagina una tarjeta de San Valentín que se tome esta idea en serio. Imagínate recibir una tarjeta con el siguiente mensaje: “No obtengo ninguna satisfacción de tu existencia. No recibo ningún disfrute personal de la forma en que te ves, te vistes, te mueves, actúas o piensas. Nuestra relación no me beneficia. No satisfaces ninguna necesidad sexual, emocional o intelectual mía. Eres sujeto de caridad para mí y estoy contigo sólo por lástima. Besos, XXX.”

¿Educación? ¿Gratuita?

El uso de la razón es una capacidad humana que suele ser destruida mientras una persona crece. Esta bella virtud que nos regaló la naturaleza, la perdemos gracias a la "educación" que recibimos desde que somos pequeños e indefensos. Este "aprendizaje" lo único que logra es arruinarnos nuestra capacidad creativa, limitar nuestro conocimiento, nos produce un especial desinterés en aprender y nos adoctrina de tal forma que terminamos justificando la violencia estatal en casi todos los aspectos de la vida.

Debemos entender que la "educación pública", ni es educación ni es gratuita como muchos piensan ¿por qué? Veamos.

Es el capitalismo, estúpido

Joan Tubau

Sabía que los antisistema eran liberales pero no conseguía desenmascararles. Quería demostrar empíricamente sus raíces capitalistas y no caía en lo fácil que iba a resultar pararles una trampa. Su filosofía barata iba a rendirse ante la teoría económica más básica, un simple experimento les delataría. Vender una cuantas cervezas en Plaça Catalunya sería suficiente. Con posibilidades mucho más atractivas para una noche del viernes (Sutton) y arriesgando parte de mi capital (que no es mucho), decidí entrar en un supermercado para comprar todas las cervezas que encontrase. Era arriesgado, lo sé, pero el capitalista es aquél que sacrifica su tiempo y su esfuerzo en pro de un beneficio futuro, y aquella era, a priori, una buena inversión. No me lo pensé dos veces, la verdad. Compré 600 latas de Estrella Damm y las cargué en el Volvo de mi padre. El coche en doble fila en Ronda de Sant Pere y un reto por delante, demostrar que el capitalismo es el mejor de los sistemas. Con un marketing de baja calidad (“cerveza 1€ amigo”) y un poco de suerte (la grúa no apareció por la zona), conseguí demostrar que Milton Friedman habitaba en las almas de los campistas. Vendí todas las latas en 3 horas. 250€ de beneficio neto.

Razón y Libertad

Por Antonio Muñoz Ballesta

Hans H. Hoppe es, junto con Jesús Huerta de Soto, el máximo exponente de la Escuela Austriaca de Economía en la actualidad. La IV edición de los Encuentros de Humanidades y Filosofía en Puerto de Mazarrón (Murcia) ha tenido el honor y el placer de invitar y, contar con la presencia del profesor Hoppe, los días 6 y 7 de abril de 2004. La conferencia que ofreció, en una noche histórica para la filosofía política en España, constituyó un ejercicio genial de razón y libertad. Las personas humanas se mantienen en la condición de personas morales o éticas si respetan entre ellos, y en ellos mismos, los principios a priori y evidentes de la razón social y política. La comunicación y el debate argumentativo entre los ciudadanos o personas morales tienen, por tanto, que aceptar implícitamente varios a priori que posibilitan las verdades racionales sobre sus personas, los bienes y la sociedad y, con ello, su riqueza económica y su orden moral, es decir, la libertad.

La libertad se convierte así en auténtica libertad concreta y deja de ser una abstracción incomprensible del "Estado social y democrático de Derecho" que, sin embargo, viene manteniendo la ideología dominante en un sistema económico y político basado en el hurto, robo y guerras totales. El sistema económico democrático y social que conocemos, el llamado " Estado de bienestar", tarde o temprano, sufrirá un colapso profundo, tal como ocurrió con el sistema soviético hace trece años. Para evitarlo hemos de intentar volver a las ideas verdaderas, y mediante estrategias concretas conseguir un orden natural de defensa de la razón y la libertad. Es imposible pensar razonablemente en la libertad sin defender absolutamente la propiedad privada. El utilitarismo no consigue, en Economía, respetar la propiedad privada. El método estratégico más legítimo para defenderla es argumentar razonablemente con quien se atribuye el monopolio de la fuerza y la resolución de los conflictos en un territorio determinado (el Estado), y sus intelectuales, para concluir, sin duda, que lo más racional, moral y económicamente, no es otra cosa que conseguir un orden natural de propiedad privada en el que el capitalismo no admita la figura del monopolio. La Economía y la Teoría social consiguen, así, abandonar todo secretismo.

Paul Romer: Ciudades libres.

Salario mínimo. Leyes.

Por Henry Hazlitt
Fragmento de "La economía en una lección"

Hemos examinado anteriormente algunos de los perniciosos resultados que producen los arbitrarios esfuerzos realizados por el Estado para elevar el precio de aquellas mercancías que desea favorecer. La misma especie de daños se derivan cuando se trata de incrementar los sueldos mediante las leyes del salario mínimo. Esto no debe sorprendernos, pues un salario es en realidad un precio. En nada favorece la claridad del pensamiento económico que el precio de los servicios laborales haya recibido un nombre enteramente diferente al de los otros precios. Esto ha impedido a mucha gente percatarse de que ambos son gobernados por los mismos principios.

Las opiniones acerca de los salarios se formulan con tal apasionamiento y quedan tan influidas por la política, que en la mayoría de las discusiones sobre el tema se olvidan los más elementales principios. Gentes que serían las primeras en negar que la prosperidad pueda ser producida mediante un alza artificial de los precios y no vacilarían en afirmar que las leyes del precio mínimo, en vez de proteger, perjudican las industrias que tratan de favorecer, abogarán, no obstante, por la promulgación de leyes de salario mínimo e increparán con la máxima acritud a sus oponentes.

No obstante, debería quedar bien sentado que una ley de salario mínimo, en el mejor de los casos, constituye arma poco eficaz para combatir el daño derivado de los bajos salarios y que el posible beneficio a conseguir, mediante tales leyes, sólo superará el posible mal en proporción a la modestia de los objetivos a alcanzar. Cuanto más ambiciosa sea la ley, cuantos más obreros pretenda proteger y en mayor proporción aspire al incremento de los salarios, tanto más probable será que el perjuicio supere los efectos beneficiosos.

La libre portación de armas salva vidas


I. Planteamiento

Las políticas públicas levantan pasiones, y si la libertad de armas es una excepción es sólo por la virulencia de las mismas. Las armas no nos sugieren sino violencia, muertes o heridas, crímenes, o situaciones en absoluto agradables. Su referencia despierta miedo, cuando no asco. Pero ni el miedo ni el asco o el rechazo son un buen compañero para quien desee acercarse con honradez en los problemas que suscita la posesión de armas de fuego. Que además son de enorme importancia, ya que se refieren a derechos fundamentales de la persona, como el derecho a la vida, a la autodefensa o a la propiedad. Y tienen claras implicaciones en las libertades públicas y en la evolución del crimen. Este papel intentará exponer el veredicto de la criminología actual sobre los efectos del control de armas, con constantes referencias a los datos y la historia.

Lo primero que habría que establecer son los términos del debate, para evitar muchos de los errores que se repiten y que nacen precisamente de un fallido planteamiento. No tratamos de objetos (las armas) sino del comportamiento humano en relación con los mismos; por tanto, el problema no es armas sí o no, sino libertad personal en relación con las armas sí o no. El problema es la libertad individual en este ámbito y las consecuencias de su coerción por las autoridades públicas. Una clara implicación de que estemos intentando acercarnos a un comportamiento humano es que tenemos que recurrir a las ciencias de la Acción Humana, como son la economía, la historia, la sociología… Todas han hecho contribuciones al estudio del crimen y en especial en relación con la libertad en el uso de las armas de fuego, y aquí expondremos las conclusiones más sobresalientes.

Cuando hablamos de legislaciones de control de armas, nos referimos hoy a problemas muy diferentes de los suscitados en épocas precedentes. Últimamente ha surgido una contradictoria posición favorable a dicha restricción desde posturas democráticas, centradas en la reducción de los crímenes y de las muertes por accidente, que se suma a las tradicionales posturas colectivistas que han protagonizado siempre los ataques a la libertad individual, también en el uso de las armas de fuego. En los Estados Unidos ha sido la ideología racista, que negaba la condición de personas a los negros y por tanto les privaba de su derecho a portar armas, la que constituye la práctica totalidad de las proposiciones de control hasta el último medio siglo. Históricamente, es la ideología de poder, la contraria a la libertad del individuo, la que ha atentado contra esta libertad, dado su carácter de valuarte del resto de derechos y libertades[1].

1° de mayo de 1853: Nace nuestra República.

Después de la Revolución de Mayo surgió la necesidad de dictar una Constitución para la Nación Argentina con la finalidad de constituir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior.

La reunión inicial se celebró el 31 de mayo de 1852 en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, recordándose la misma con el nombre de "Acuerdo de San Nicolás".

El 1º de mayo de 1853 los diputados de las provincias (excepto los de Buenos Aires), reunidos en Santa Fe, sancionaron la Constitución Nacional.

La constitución promulgada estableció un gobierno representativo, republicano y federal. El federalismo que adoptó fue moderado ya que reconoció la autonomía de las provincias pero también organizó un poder central. El poder legislativo se determinó como bicameral, el poder ejecutivo, como unipersonal, elegido por un colegio electoral y sin posibilidad de reelección y, el poder judicial, como independiente. El catolicismo se reconoció como religión oficial pero se garantizó la libertad de culto. Las constituciones provinciales debieron tener aprobación del gobierno nacional y, los gobiernos provinciales, pudieron ser juzgados por el Congreso Nacional. El gobierno nacional tuvo poder para suspender las garantías constitucionales por medio del estado de sitio e intervenir las provincias. Se declaró la ciudad de Buenos Aires como sede de las autoridades nacionales. Se aseguró el ejercicio de las libertades individuales y se llamó a habitar nuestro suelo a todos los hombres de distintas nacionalidades, concediéndoles derechos civiles.

Fuentes principales:
  • Constitución de Filadelfia, Estados Unidos (1787).
  • El Federalista; de Hamilton, Madison y Jay.
  • Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, de J.Bautista Alberdi. Plantea la disyuntiva entre una Constitución unitaria o federal. Señala además que los constituyentes deben tener en cuenta los antecedentes históricos de ambos pensamientos y producir una Constitución que contemple un sistema mixto de unidad y federación. También fue importante el proyecto constitucional del mismo autor.
  • Dogma Socialista, de Esteban Echeverría. Señala la necesidad de volver al proyecto de unidad e indivisibilidad de mayo pero con una organización social adecuada.
  • Pactos preexistentes: estatutos, constituciones, ensayos constitucionales, pactos interprovinciales y reglamentos de nuestro país.
  • Acuerdo de San Nicolás.

Libertad individual y Educación

Una defensa de la no escolarización como expresión de la libertad individual, ponencia de Laura Mascaró en el I Congreso de Economía Austriaca en Santiago de Compostela, marzo 2008.

En el libro “Education: free & compulsory” Murray N. Rothbard utiliza un interesante juego de palabras entre “gratuito” y “libre” referido a la educación.

En él dice: lo que distingue al bebé humano de otros animales es su potencial intelectual, la habilidad de razonar que puede desarrollar en mayor o menor medida. El niño usa el poder de su mente para aprender acerca del mundo que le rodea y de si mismo. Este proceso de aprendizaje y el desarrollo de todas las facetas de su personalidad, esto, dice Rothbard, es la educación. Y la educación está en todas y cada una de las actividades de la infancia. Por tanto, “educación” no puede equipararse jamás a “escolarización”. La educación así entendida, además, no se da únicamente en la infancia sino que se da a lo largo de toda la vida; como dice Pam Sorooshian, “I live, therefore I learn” (Pam es una mujer de Tempe, Arizona, que educó en casa a sus tres hijas ya adolescentes).

Entonces, si aceptamos el concepto de “aprendizaje” y de “educación” de Rothbard, está claro que no debería hacer ninguna falta una instrucción formal, sistemática, estructurada en clases y asignaturas. Pero, ¿hace falta una mínima instrucción? Sí, desde luego. Hay que enseñar a nuestros hijos a leer, a escribir; leer significa comprender aquello que leen, ser capaces de hacer análisis y crítica y de poner en relación todo aquello que leen con aquello que viven, que es aquello que aprenden, en definitiva. Y hay que dar una instrucción dirigida, sobretodo, a desarrollar la capacidad de ser autosuficientes, de saber buscar y encontrar la información que necesiten cuando la necesiten, de encontrar los recursos necesarios para salir adelante en todos los aspectos de sus vidas; una instrucción dirigida a formar personas íntegras que confíen en su propio criterio, que sean capaces de tomar decisiones y de asumir las consecuencias derivadas de ellas.

Aquello que distingue al género humano, dice Rothbard, es la individualidad; del mismo modo, dice, que no hay dos huellas digitales iguales tampoco hay dos personas iguales. Pero el principio constitucional de igualdad, que debería interpretarse en el sentido de tratar igual a los que se encuentran en las mismas circunstancias y tratar distinto a los que se encuentran en circunstancias distintas, se interpreta en el sentido de “uniformidad”. Y esto es, de nuevo en palabras de Rothbard, “fundamentalmente anti-humano”.

Y esto es la escuela. La escuela uniformiza, en ella todos son iguales, todos estudian lo mismo al mismo ritmo. No se respetan los intereses, las aptitudes ni las necesidades particulares de cada uno. Por tanto, deduce, es obvio que la mejor instrucción es la que se da de forma individual. Y ¿quién mejor que los padres para dar esta instrucción? Porque ellos son los que mejor conocen al niño.

La educación en España

La Constitución Española de 1978 dice en su artículo 27.1: “se reconoce la libertad de enseñanza”.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice en su artículo 26.1: “Todos tienen derecho a la educación”.

La Ley Orgánica de Educación de 2006 (que debería llamarse “Ley de Escolarización”) sólo habla de “equidad”, “igualdad de oportunidades” y organización del “sistema educativo en etapas, ciclos, grados, cursos y niveles”. Por tanto, la libertad de enseñanza que reconoce la Constitución no existe en España dentro del marco de la ley. ¿Por qué? Porque las únicas opciones que tienen los padres son:

  • Escuela pública
  • Escuela concertada
  • Escuela privada

Y, al fin y al cabo, todas son una pequeña variación del mismo sistema.

No habrá verdadera libertad de educación mientras los padres no tengan derecho a elegir, también, otro tipo de escuelas: una Waldorf, un Montessori, un Pestalozzi, una escuela de Barbiana, un Summerhill, una escuela a distancia o, mejor aún, lo que defiende Rothbard: la escuela en casa o la no escuela.

¿Qué hace la escuela? Reduce el aprendizaje a un currículum preestablecido por el poder político, igual para todos, y segrega el conocimiento en asignaturas independientes unas de otras como si no tuvieran nada que ver. Los niños no sólo no ven relación entre las distintas ramas del conocimiento académico sino que no le ven utilidad práctica. En la escuela los niños se sientan y escuchan, actúan a toque de timbre, se mueven en fila de a uno y hasta tienen un pupitre asignado; no participan activamente, no experimentan, no descubren; engullen una gran cantidad de materia que muchas veces ni entienden, para luego vomitarla en un examen que servirá para poner de manifiesto lo que no han sido capaces de retener en su memoria, porque no olvidemos que un examen nunca sirve para demostrar lo que sí sabes sino para poner de manifiesto aquello que no has sido capaz de retener. Entonces, los alumnos se comparan unos con otros y se empiezan a poner etiquetas en función de su mayor o menor capacidad para seguir al rebaño, lo cual, inevitablemente, mina su autoestima, su personalidad y su propia consideración de si mismos impidiendo el despliegue de su individualidad. Y para que los menos capaces no queden rezagados (porque no todos tenemos las mismas capacidades), la escuela se ampara en la tan manida “igualdad” que propugna la Constitución cuya consecuencia es la rebaja del nivel académico hasta límites vergonzosos.

¿Qué hace Montessori?

María Montessori nació en Italia 1870, en el seno de una familia burguesa, católica y de padre militar. En aquella época, la máxima aspiración académica para una mujer era llegar a convertirse en maestra; sin embargo ella estudió ingeniería a los 14 años, después Biología y Medicina. Fue la primera mujer licenciada en Medicina en Italia (1986); siguió estudiando: Antropología y Filosofía. Con la crisis que surgió al unificarse las provincias italianas, con la independencia del país, María Montessori empezó a dar charlas sobre las condiciones sociales, sobretodo de las mujeres, y de la importancia de la educación de los niños con deficiencias mentales. Estudió a estos niños, que habían sido catalogados de inútiles para la sociedad y “aparcados” en instituciones donde las estancias estaban absolutamente vacías. Allí observó que lo que hacían estos niños con las migas de pan –que era lo único que tenían- no era comérselas, sino manipularlas, experimentar con ellas. Se dio cuenta de que estos niños tenían también grandes potencialidades que podían ser desarrolladas y que, para desarrollar la inteligencia y la personalidad de cualquier niño lo que necesita es actividad, un entorno y materiales adecuados para la libre experimentación.

Estudió los trabajos del médico francés Jean Itard (quien había estudiado al conocido niño salvaje de Aveyron) para quien es de vital importancia la observación en los niños y entiende que a los niños no se les puede imponer nada.

Estudió también los trabajos de otro médico francés, Edouard Séguin, según el cual todo lo que llega a la mente pasa por los sentidos, y los sentidos pueden ser refinados y desarrollados para que el niño se ayude a si mismo. El objetivo es la autoeducación, el autodesarrollo: yo me conozco, yo me educo, yo me desarrollo.

Por último, estudió al pedagogo suizo Pestalozzi, para quien la relación alumno-profesor debía basarse en el amor: el maestro debe hacer un trabajo interior, amando a su profesión y así amar también al niño. Está claro que sin amor no hay respeto; y sin respeto, destruimos al individuo, una vez más, minando su autoestima destruimos aquello que lo hace único e impedimos su desarrollo intelectual y emocional.

En base a todas estas teorías pedagógicas, María Montessori desarrolló la suya propia: introdujo el movimiento como fundamento del aprendizaje de los niños de hasta 6 años, cuyo desarrollo se basa en la interacción con el entorno. El método Montessori no incita a la rivalidad sino que respeta y valora el logro de cada uno en su momento oportuno y según su propio ritmo. El error, la equivocación o la falta son considerados parte del aprendizaje; para ello, no son castigados sino señalados, valorados e integrados en el proceso de aprendizaje como una etapa más que da pie a la auto-valoración del niño: una vez más, desarrollo del ser como individuo. Los niños no son adultos incompletos sino que son individuos en si mismos, y como tal han de ser tratados y respetados. Si no reforzamos la individualidad de los niños, no tendremos adultos independientes, autosuficientes y seguros de si mismos, sino que tendremos adultos incapaces de tomar decisiones, que siempre van a depender de otros. Y ahí es donde le abrimos la puerta al Estado para que haga de nosotros (y de nuestros hijos) lo que quiera.

¿Y Summerhill?

Summerhill es un internado inglés fundado en 1921 por A.S. Neill. Aunque considero muy criticable su teoría de que los niños deben pasar el mínimo tiempo posible con sus padres, por lo demás se fundamenta en unos principios bastante liberales y sólo levemente democráticos. Además, “Summerhill”, el libro de Neill publicado en 1960, sirvió para abrir el debate sobre las posibles alternativas a la escuela tradicional, especialmente en los Estados Unidos. El principio básico del internado es la libertad, con el único límite de no transgredir la libertad ajena, de respetar los derechos del otro. En su libro “Freedom – not license!”, Neill pone el siguiente ejemplo: “en mi escuela el niño disfruta de libertad para acudir a las clases o no hacerlo, porque eso es cosa suya, pero no está autorizado a tocar la trompeta cuando otros desean estudiar o dormir”. En Summerhill, la libertad va asociada indisolublemente a la responsabilidad y al respeto a la libertad y a los derechos ajenos. La asistencia a clase no es obligatoria, no hay exámenes ni calificaciones, no hay jerarquía, reprimendas ni sermones. Cada uno asume las consecuencias de sus propios actos. Neill, como Montessori, se opone a la rivalidad entre niños y entiende que el objetivo último de la educación es la consecución del equilibrio emocional como presupuesto imprescindible para la felicidad de las personas. El órgano de gobierno del internado es la Asamblea, donde niños y adultos intervienen y votan con igualdad para resolver los conflictos, aprobar o cambiar normas y tomar decisiones, excepto en lo concerniente a la contratación de los maestros; existen reglas para su funcionamiento y los cargos son rotatorios. La Asamblea, dice Neill, es la mayor lección que los niños de Summerhill aprenden.

Escuelas libres

La legislación española no pone precisamente facilidades para la creación de este tipo de escuelas.

Entre 1975 y 1978 se abrieron en España tres centros de los llamados “escuelas libres”: Paideia en Extremadura, O’Pelouro en Galicia, y Michael en Madrid. En los últimos quince años se han creado más de 30 de estos centros; la gran mayoría en los últimos 5 años (es decir, durante el período de gestación y entrada en vigor de la LOE2006). Aunque no son propiamente escuelas porque no reúnen los requisitos legales necesarios para ser considerados como tales, sino que son, normalmente, asociaciones de padres de niños no escolarizados y la única normativa a la que pueden acogerse es el artículo 27.3 de la Constitución que reconoce el derecho de los padres para que sus hijos reciban la “formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Alrededor del 70% de estas “escuelas” están en Cataluña.

No escolarización

Los más arriesgados (que son los menos; en España las cifras bailan entre 2000 y 4000 niños) optan por la escuela en casa o por la no-escuela. Vamos primero a aclarar conceptos porque en español hay un poco de confusión al respecto.

El “homeschooling” significa, literalmente, “escuela en casa”. En España se conoce también como “educación en casa”, “educación en familia”, “educación en el hogar”, etc, etc. La expresión no es muy acertada porque “educación” es más que llevar la escuela a casa; los niños escolarizados también son “educados” en casa por sus padres. Es preferible la expresión “escuela en casa”, también por lo que la distingue del “unschooling”.

Entre los niños que hacen escuela en casa hay, principalmente, dos tipos: los que están matriculados en algún centro a distancia (normalmente extranjeros y con títulos homologados en España) y los que no. ¿Qué tienen en común? Que todos ellos siguen el currículum oficial del Ministerio de Educación y Ciencia, usan libros de texto y tienen sus horarios de estudio. Muchos dedican menos de dos horas al día al “estudio” y, sin embargo, su nivel académico suele ser notablemente superior al de los niños escolarizados de su misma edad.

El “unschooling” (“no-escuela”, pero que muchos incluyen en el término “educación en casa” sin distinguirlo del “homeschooling” cuando en realidad son muy diferentes) consiste en encontrar el aprendizaje en todas partes. No se matriculan en ningún centro, no siguen ningún currículum y no tienen horas de estudio como las entendemos en el ámbito escolar. Es el “I live, therefore I learn” de Pam Sorooshian: El aprendizaje está en todas partes. Aquí, no es el padre el que guía al niño sino que es el niño el que guía al padre. El padre le proporciona experiencias y materiales en función de los intereses del niño. Escribe Pam: “Hacer Unschooling con mis hijos me enseña que el aprendizaje es divertido y agradable. Aprender no consiste en rellenar los espacios en blanco de un examen. Aprender no es ser obligado a memorizar un montón de hechos que pueden encontrarse muy fácilmente, en cuestión de minutos, en internet o en un libro cuando sea necesario. Hacer Unschooling con mis hijos me ayuda a ver que sus intereses y sus pasiones son válidas e importantes.”

En este punto tenemos que hablar, necesariamente, de John Taylor Gatto.

John Taylor Gatto nació en Pittsbugh, Pennsylvania, en 1937. Ejerció como maestro durante casi 30 años y obtuvo el Premio al Maestro del Año de la Ciudad de Nueva York en tres ocasiones (1989-90-91) y el Premio al Maestro del Año del Estado de Nueva York en 1991. Cuando se retiró publicó un artículo titulado “I quit, I think” en el que decía, literalmente, que no quería seguir “haciendo daño a los niños para ganarse la vida”. Desde entonces, se dedicó a dar conferencias y a escribir sobre la educación y la escolarización. Él es el principal defensor y exponente teórico del homeschooling y, en especial, del unschooling. Ha recibido diversos premios de organizaciones liberales, entre ellos, el Premio a la Excelencia Alexis de Tocqueville por la Promoción de la Libertad Educativa, en 1997.

Gatto defiende el aprendizaje basado en la experiencia (como Montessori) por contraposición a la escolarización tradicional y explica por qué la escuela no educa. Analiza la crisis social de la que se deriva el fracaso de las instituciones educativas. Según él, los niños –escolarizados- y los ancianos viven alejados del mundo real y, mientras ellos no se mezclen, la sociedad no tendrá futuro ni pasado, sino sólo, dice, “presente continuo”.

En uno de sus escritos cuenta que en la Universidad de Harvard se advirtió a los alumnos de que, de la manera en que la economía estaba cambiando, cada vez iban a ser menos importantes y menos valorados los títulos oficiales y las clases académicas. Se presentó un listado de las diez cualidades que se consideraban esenciales para adaptarse con éxito al nuevo mundo laboral que tan rápido cambia. Éstos son:

  1. La habilidad de definir los problemas sin necesidad de una guía.
  2. La habilidad de formular preguntas difíciles que cuestionen las presunciones predominantes
  3. La habilidad de trabajar en equipo sin necesidad de un guía que les oriente.
  4. La habilidad de trabajar individualmente, absolutamente solos.
  5. La habilidad de convencer a los demás de que tu posición es la correcta.
  6. La habilidad de debatir cuestiones y técnicas en público con el objetivo de tomar decisiones políticas.
  7. La habilidad de conceptualizar y reorganizar la información en nuevas estructuras y patrones.
  8. La habilidad de extraer rápidamente la información que necesitas de entre un montón de datos irrelevantes.
  9. La habilidad de pensar de forma inductiva, deductiva y dialéctica.
  10. La habilidad de enfrentarse a los problemas para resolverlos de un modo heurístico.

Y dice él que nunca enseñó nada de esto a sus alumnos en los casi 30 años que estuvo trabajando en escuelas. Porque lo único que la escuela enseña realmente, dice, es a obedecer órdenes. Por esto, la escolarización es cada vez más irrelevante para las empresas a la hora de seleccionar a sus trabajadores, porque la escolarización y los títulos oficiales no garantizan que se haya adquirido ninguna de las habilidades antes mencionadas y que sí son relevantes en el mundo real y en el mundo empresarial.

¿Por qué pasa esto? Porque desde el momento en que se mezcla el principio de igualdad con el derecho de todos a la educación –y se equipara educación a escolarización- este derecho se convierte en obligación y para que sea accesible a todos ¿qué hacemos? Establecemos su gratuidad por ley. Entonces tenemos un exceso de estudiantes y, al tiempo que aumenta la cantidad de titulados, disminuye la calidad.

Cada año, la revista Edge hace una pregunta distinta a un grupo de pensadores y científicos. En el año 2006, la pregunta fue ¿Cuál es tu idea peligrosa? El Dr. Roger Shank, líder mundial en investigación de Inteligencia Artificial, teoría del aprendizaje, ciencia cognitiva, y la construcción de entornos de aprendizaje virtuales, y fundador del Institute for the Learning Sciences, respondió con un artículo titulado “No más miradas indecentes de los maestros” en el que escribe: “Mi idea peligrosa es una que la mayoría de la gente rechaza inmediatamente sin pensarlo seriamente: la escuela es mala para los niños. Les hace infelices y, tal y como se demuestra, no aprenden mucho en ella”. Cita a Oscar Wilde: “La educación es una cosa admirable, pero está bien recordar de tarde en tarde que nada de lo que merece la pena saber se puede enseñar.” Y continúa: “El gobierno es y siempre ha sido el problema de la educación (…) Desmontemos las escuelas. Convirtámoslas en apartamentos”.

Otro importantísimo teórico norteamericano del homeschooling fue John Caldwell Holt (Boston, 1923-1985), quien pasó de ser maestro de escuela a ser defensor acérrimo de la no escolarización, siguiendo primero al anarquista vienés Ivan Illich y convirtiéndose después en liberal (libertarian) defensor de la no injerencia del Estado en materia de educación cuya responsabilidad debe ser asumida únicamente por las familias; y promotor del “unschooling” por contraposición al concepto de “deschooling” de Illich. Illich propone la “desescolarización de la escuela” en el sentido de “desinstitucionalización” para evitar la polarización social que la escuela fomenta. Para él, “los pobres necesitan fondos que les permitan aprender”, al margen de la escuela, lo que los ricos obtienen de sus familias “por el hecho de poderse permitir comprar libros, viajar durante las vacaciones o asistir a clases particulares”. Por ello propone un sistema de becas, similar al propuesto por Milton Friedman, de modo que los fondos se canalicen directamente hacia el beneficiario permitiéndole “comprar su parte de la escolaridad que elija”. La posición de Holt, por el contrario, es abiertamente anti-escuela: “Yo quiero dejar en claro que no veo la educación en el hogar como un tipo de respuesta a lo deficiente de las escuelas. Yo creo que el hogar es la base adecuada para la exploración del mundo que entendemos como aprendizaje o educación. El hogar sería la mejor base no importa cuán buenas sean las escuelas.”

Volviendo a Rothbard

Hemos dicho, siguiendo a Rothbard, que la mejor instrucción es la individual y que lo ideal es que la impartan los padres porque son quienes mejor conocen la personalidad, los intereses, las aptitudes y las necesidades de los niños. Coincido con él en que el único motivo que podría llevar a unos padres a elegir la escuela en vez de la instrucción individual es el motivo económico; sin embargo, discrepo en su razonamiento. Según él, hay unos conocimientos mínimos que el niño debe adquirir mediante la instrucción formal (y que coinciden fundamentalmente con las materias curriculares de la educación oficial en casi todo el mundo; es decir: lectura, escritura, gramática, ciencias naturales, historia, geografía, ciencias “morales” del comportamiento humano –en las que incluye economía, política, filosofía y psicología- literatura, aritmética y matemáticas avanzadas). Y, además, según él, no todos los padres están académicamente cualificados para impartir esta instrucción por lo que no les queda otra opción, si quieren evitar la escuela, que acudir a profesores particulares. El coste económico, obviamente, es prohibitivo para la mayoría.

Rothbard, al desarrollar esta teoría, no tiene en cuenta:

  • Primero: si el niño realmente debe aprender todas estas cosas y puede hacerlo ¿por qué se supone que la capacidad intelectual de los padres ha de ser inferior a la suya? Si el niño puede aprenderlo, los padres pueden aprenderlo antes para enseñárselo o bien aprenderlo al mismo tiempo y compartir ese proceso. Además, también pueden buscar la colaboración de familiares, amigos y conocidos mediante un sencillo sistema de trueque.
  • Segundo: si los padres no conocen todas esas materias y además son incapaces de aprenderlas pero no les ha ido mal en la vida, ¿no será que no es tan necesario aprenderlo? Y cuando hablo de que la vida “no les va mal” no me refiero al nivel socio-económico sino a la felicidad y a la satisfacción personal.

La clave de todo el asunto está en determinar quién tiene legitimidad para decidir qué conocimientos debe adquirir un niño. Al fin y al cabo, Rothbard ha elegido los mismos conocimientos que el Estado, sólo que desarrollándolo de otra forma (mucho más acertada, todo hay que decirlo). Pero ¿quién debería tener la última palabra? ¿El Estado o los padres? Si es el Estado, entonces adiós libertad, adiós diversidad, adiós independencia. “Lo que se enseñará –dice- es la doctrina de obediencia al Estado (…) surgirá una raza de pasivos seguidores del Estado. Y como se habrán desarrollado de una forma incompleta, sólo estarán medio vivos”.

Por otra parte, al considerar que no todos los padres están académicamente preparados para instruir a sus hijos, Rothbard demuestra no confiar plenamente en la capacidad del mercado para innovar y dar una solución satisfactoria a los padres que se plantean la no escolarización. Él no pudo prever algo que ha ocurrido: el mercado ha sido capaz de encontrar alternativas para proporcionar a los niños toda la instrucción que requieran al margen de escuelas y de profesores particulares. Y ¿qué recursos proporciona el mercado? Vamos a mencionar sólo tres a modo de ejemplo:

  1. Internet. En la red pueden encontrarse fácilmente recursos gratuitos, se ponen en contacto familias homeschoolers de cualquier parte del mundo y se intercambian materiales (¿qué sería de los homeschoolers sin e-bay, los foros o las listas de correo?)
  2. El método Doman de estimulación temprana que incluye programas de lectura, matemáticas, conocimientos enciclopédicos, música, escritura y excelencia física. Glenn Doman en sus libros expone los fundamentos y la filosofía del método y no sólo explica cómo llevarlo a cabo desde casa sino que también explica cómo confeccionar los materiales necesarios, por lo que aquí el coste económico varía en función de las posibilidades y la disponibilidad de cada familia. Doman considera que todos los niños nacen con un potencial intelectual infinitamente superior al que Leonardo Da Vinci logró desarrollar en toda su vida, y que depende de los padres de cada uno facilitar el mayor o menor desarrollo del potencial de cada uno, para lo que propone sus diferentes métodos, aplicables algunos desde el nacimiento, y cuya regla de oro es: “si tú o tu hijo no os divertís, déjalo, algo estás haciendo mal”. El método se fundamenta en proporcionar la mayor cantidad de información posible de modo que se vayan crean conexiones neuronales, cuantas más mejor, que repercutirán directamente en el desarrollo de las capacidades intelectuales y físicas del niño. Una pregunta que habitualmente formulan las madres de niños pequeños cuando oyen hablar de este método es: “Si aplico el método a mi hijo y aprende a leer antes de los tres años y a multiplicar y dividir antes de los cinco, ¿no se aburrirá cuando vaya al colegio?”. Y la respuesta de Glenn Doman es otra pregunta: “¿Y qué niño no se aburre en el colegio?”.
  3. El método Kumon de matemáticas y lenguaje. Toru Kumon es un profesor de matemáticas japonés cuyo hijo fracasaba justamente en esta asignatura. Esto hizo que se replanteara la manera de enseñar la materia y diseñó su propio material para enseñar a su hijo, desde lo más básico hasta lo más avanzado. El resultado fue tan sorprendentemente positivo que sus conocidos empezaron a pedirle copias del material para aplicarlo con sus respectivos hijos. Así se fue extendiendo el método hasta convertirse en una red de franquicias extendida por todo el mundo. Cuesta unos 60€ al mes y el alumno debe trabajar de 10 a 20 minutos diarios (incluyendo días festivos y períodos vacacionales). Se asigna un instructor que, en principio, será el mismo durante todos los años hasta que termine, quien hace un seguimiento personalizado de cada alumno. Se fomenta el autodidactismo y los niños desarrollan una alta capacidad de concentración al tiempo que adquieren hábito de estudio que les sirve para el estudio de las demás materias escolares. Por tanto, además de tener un rendimiento superior a la media, no tienen fracaso escolar y consiguen una importante optimización del tiempo: está empíricamente demostrado que los alumnos de Kumon que están escolarizados realizan las tareas en aproximadamente un tercio del tiempo que necesitan sus compañeros, lo cual les deja más tiempo libre. Además, el nivel de dificultad aumenta de forma gradual, tan paulatinamente que el alumno apenas lo advierte. Todo ello hace que se consigan conocimientos avanzados en la materia sobre una base muy sólida. Un niño que empiece el método entre los dos y los tres años de edad, cuando llegue a 5º de Primaria (unos diez años de edad) con casi toda seguridad estará haciendo matemáticas avanzadas a nivel universitario. Y divirtiéndose. Visto el éxito del método Kumon de matemáticas, se desarrolló también el método Kumon de lenguaje que ya existe en varios idiomas.

Con todos estos recursos disponibles por poco dinero, sólo hace falta un poco de voluntad y organización para dar instrucción a los hijos sin necesidad de escolarizarlos.

Legalidad (o no) de la no escolarización

El homeschooling está legalmente reconocido en todos los países europeos excepto en Alemania, donde es obligatoria la escolarización de los 6 a los 18 años y se prohíbe expresamente la escuela en casa mediante un decreto del III Reich que sigue vigente. Hay unas 400 familias que, a pesar de la prohibición, no tienen a sus hijos escolarizados y todas ellas tienen algún procedimiento judicial abierto. Incluso se pidió la pena de cárcel para una joven de 15 años llamada Melissa Busekros que no estaba escolarizada.

En Francia el homeschooling es legal pero está fuertemente regulado y controlado; deben seguir el currículum oficial y examinarse periódicamente. Además, existe la opción de la educación a distancia.

En Hungría también está permitido pero regulado: ha de seguirse el currículum oficial y examinarse dos veces al año.

En Bulgaria se permite la educación en casa sólo para situaciones determinadas en función de las especiales necesidades físicas o mentales del niño; deben matricularse en un centro escolar y seguir el programa educativo fijado por el gobierno. Las familias que educan en casa sin cumplir los requisitos legales se exponen a penas de multa e incluso de cárcel.

En Holanda únicamente se permite, previa concesión de un permiso especial, por razones religiosas o morales. Sin embargo, la interpretación de la ley se hace de un modo restrictivo y el permiso se deniega en la mayoría de los casos. Si el niño ha estado escolarizado, se prohíbe incluso la solicitud del permiso.

En Polonia se permite pero la regulación es muy estricta. Los padres deben pedir autorización y los requisitos exigibles se determinan a discrecionalidad de la autoridad competente y de los responsables de los centros educativos. Además, los niños educados en casa deben superar los exámenes oficiales anualmente.

En Ucrania se permite, pero las autoridades locales suelen imponer más requisitos que los expresamente indicados en la legislación.

En Chequia se permite la educación en casa hasta la edad de doce años. A partir de ahí la escolarización es obligatoria.

En Irlanda está oficialmente reconocida la educación en casa.

En Lituania la escolarización es obligatoria desde los 7 hasta los 16 años. Sin embargo, la Ley de Educación permite la educación en casa siempre que se siga el currículum oficial y se pasen exámenes periódicamente (una o dos veces al año).

En Rumania la educación en casa está prohibida como tal, pero existe la opción de darse de alta ante la autoridad educativa como escuela privada.

En Suiza la educación en casa es legal y está cada vez más extendida. Las competencias en materia de educación corresponden a los Cantones pero la normativa local puede añadir requisitos a la no escolarización.

En el Reino Unido la educación en casa es legal y no se exigen requisitos a menos que haya existido escolarización previa. En este caso, los padres tienen obligación de poner en conocimiento de la autoridad educativa su intención de desescolarizar.

En Italia, el decreto legislativo de abril de 1994 establece que “Los padres pueden asumir la enseñanza (obligatoria) de sus hijos. Los padres que eligen esta opción han de demostrar capacidad económica y técnica para asumir la enseñanza de sus hijos y comunicarlo anualmente a la autoridad educativa competente.”

En Portugal, aunque la ley permite la educación en casa, ésta es una opción prácticamente desconocida: en el curso 2006/2007 tan sólo cuatro niños de tres familias diferentes estaban siendo educados en casa. Los requisitos son: realizar exámenes de equivalencia con una frecuencia bianual y, a partir del 9º curso, realizar los exámenes nacionales de lengua portuguesa y de matemáticas.

En España existe un vacío legal al respecto, por lo que las familias que no escolarizan se amparan en el Principio de Permisión, por el cual todo aquello que no está expresamente prohibido, se considera permitido. Obviamente, el ordenamiento jurídico no puede limitar la libertad de los ciudadanos si no lo hace de manera expresa e inequívoca. Además, estas familias, se amparan en las siguientes normas:

Artículo 27 de la Constitución Española, que dice:

1.- Se reconoce la libertad de enseñanza.

3.- Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones.

Artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que dice:

1.- La instrucción elemental será obligatoria. 3.- Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 154 del Código civil, que recoge los deberes y facultades derivados de la patria potestad y dice:

1.- Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

Además, consideran que la Ley Orgánica de Educación de 2006, al introducir el término “escolarización obligatoria” viola directamente estos tres artículos. Por tanto, la realidad es que existe una gran inseguridad jurídica respecto a este tema en España. A veces las familias son denunciadas; a veces, no. Cuando son denunciadas, tampoco queda muy claro quién tiene las competencias para determinar si lo que hacen es legítimo o si hay dejación de las obligaciones familiares. A veces el tema pasa de Asuntos Sociales a la Fiscalía; de ahí, puede archivarse el caso o puede llegarse a imputar a los padres un delito de abandono de familia. Actualmente hay varias familias que se encuentran en esta situación.

Las familias homeschoolers españolas se organizan para negociar con las administraciones el reconocimiento legal de esta opción educativa. Existe una sola asociación a nivel nacional, la “Asociación para la Libre Educación” (www.educacionlibre.org), que cuenta actualmente con 204 miembros y mantiene contacto con asociaciones de otros países. Otras familias se organizan a nivel autonómico, como la coordinadora “Educar en familia” en Cataluña (www.educarenfamilia.org) o la asociación “El cole en casa” en Aragón (www.elcoleencasa.org). Ello se debe a que las competencias en materia de educación corresponden a las autonomías y, por tanto, el propio Ministerio de Educación y Ciencia incitó a las familias a trabajar a nivel autonómico para comunicar y negociar sus peticiones.

En general se pide reconocimiento legal, pero no regulación, dado que toda regulación conlleva limitación de las libertades y, como hemos visto al analizar la situación legal en otros países europeos, quizás el vacío legal de la legislación española no sea más que un mal menor.

Simplemente piden no quedar fuera de la ley y que sus hijos tengan acceso a los exámenes oficiales para obtener las correspondientes titulaciones a la misma edad que los niños escolarizados. Como escribe uno de los fundadores de la “escuela libre” Olea, de Castellón: “Tan sólo sería necesario que las autoridades vigilasen que realmente los niños no escolarizados no están abandonados o explotados. No deseo una regularización de nuestros espacios ya que toda regularización impone ciertos objetivos y deja de ser completamente libre para pasar a ser libre pero con unos requisitos mínimos. La mayoría de estos espacios han sido creados por familias que han estado vinculadas a la educación institucional y que, al tener hijos, han dicho: -esto no lo quiero para mi hijo”.

Para que exista verdaderamente libertad de educación, es necesario que los padres tengan el derecho a elegir, libremente y sin amenaza de represalia alguna, la educación que consideren mejor para sus hijos, sea optando por algún tipo de escuela o bien optando por la no-escuela, sea haciendo “homeschooling” o “unschooling”. La no-escuela es la máxima expresión de la libertad educativa: como hemos dicho, la mejor instrucción es la que se da individualmente, respetando las necesidades, aptitudes, intereses y ritmos de cada niño. Es por ello que cada vez más familias españolas se decantan por esta opción pese –o gracias- al vacío legal existente.

Jorge debe ayudar

Algunas personas creemos que la interaccion voluntaria y el orden espontaneo son alternativas realistas y preferibles a la coercion del estado como forma de organizar la sociedad.


Igualdad ante la ley Vs. Esclavitud

Socialismo liberal, otra vez

Vuelve el socialismo liberal, una idea que se le ocurrió al propio Marx en 1847. Desde entonces no ha dejado de aparecer y desaparecer como el Guadiana.

Schumpeter catalogó con destreza a los Principios de Economía Política de John Stuart Mill de 1848 como “liberal-socialist” (English Economists and the State-managed Economy, Journal of Political Economy, Vol. LVII, Nº 5, octubre 1949, p. 372). Hace un siglo, el fundador del socialismo argentino, y primer traductor al español de El Capital, Juan B. Justo, apostó por el libre comercio y por el patrón oro, que debía ser a su juicio “un postulado proletario” (Early Liberal Socialism in Latin America. Juan B. Justo and the Argentine Socialist Party, The American Journal of Economics and Sociology, Vol. 67, Nº 4, octubre 2008, pp. 567-603).

De lo mismo habló en 1930 el italiano Carlo Rosselli en Socialismo liberal. También hubo socialistas liberales en los años de Felipe González en España. Y ahora, Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social de la Universidad del País Vasco, con su reciente trabajo: La renovación liberal de la socialdemocracia, Fundación Ideas, 2010.

Como diría La Trinca: “Quesque´se se merdé”. Así habla el profesor: “Se trata de poner al mercado al servicio del bien público y la lucha contra las desigualdades… sustituyendo aquella respuesta mecánica a los problemas sociales consistente en intensificar las intervenciones del Estado por formulaciones más flexibles de colaboración entre Estado y mercado, con formas de Gobierno indirecto o promoviendo una cultura de evaluación de políticas públicas”.

Este es un socialismo resbaladizo, porque se viste de amigo cuando no parece serlo. Por ejemplo, “poner al mercado al servicio del bien público” no requiere intervención alguna, porque el mercado es la expresión libre de los ciudadanos: en ningún caso exige un ministerio.

Conviene aclarar qué cosa es “luchar contra las desigualdades”, porque o bien uno es liberal, y por tanto está a favor de la igualdad ante la ley, o bien uno es socialista y está a favor de la igualdad mediante la ley, que necesariamente quebranta la libertad. El Estado y el mercado no pueden “colaborar”, o no pueden hacerlo, desde la fantasía que ignora que el Estado es la coacción y el mercado la libertad.

¿EL CAPITALISMO HA FALLADO?

REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela

“La tormenta financiera es la gran crisis del capitalismo,” gritan los progresistas y los born again marxistas alrededor del mundo. Un conocido profesor universitario gime: “El capitalismo tuvo su oportunidad y ha fallado, ahora es el turno del socialismo.” No, grita alguien más, “busquemos una tercera avenida.”

Recordemos esta crisis se inició el año pasado con el derretimiento del mercado de hipotecas subsidiadas. En esos momentos más de la mitad de las hipotecas en EU estaban garantizadas o en los portafolios de Fannie Mae y Freddie Mac, dos de las llamadas empresas promovidas por el gobierno.Justificar a ambos lados Durante los últimos doce meses, estas organizaciones financiaron 4 de cada 5 hipotecas. Funnie Mae fue creada por el gobierno de FDR durante la Gran Depresión, y Freddie Mac por el gobierno de Carter en 1970. Es decir, mucho antes que la crisis se iniciara, el mercado hipotecario mundial era ya un monumento al socialismo sin precedentes.

Lo que nuestros amigos intelectuales llaman capitalismo es lo que Adam Smith conoció como Monarquía o feudalismo, es decir, el Rey, sus señores feudales repartiéndose la riqueza, las propiedades, los negocios, las concesiones, los territorios de las colonias. Cerrando los mercados a la competencia para que los señores feudales puedan seguir exprimiendo a los “súbditos” con sus monopolios, oligopolios etc, es la economía de la edad media o de la época colonial en la Nueva España afinada con computadoras, jets ejecutivos, guardaespaldas y apartamentos en Park Av. en Nueva York.

Los “neo intelectuales” ahora hablan de una tercera y mágica avenida ajena al capitalismo y socialismo. No hay una tercera avenida, el socialismo ha fracasado. Lo que ellos llaman capitalismo, es lo que el gran economista von Mises bautizó como intervencionismo. A lo que el mundo está regresando en estos momentos es intervencionismo. La visible mano de los interventores a través del FMI inició la última debacle de Asia. Los interventores son los que promovieron la devaluación de México en 1994. Los grandes interventores son los que no permiten que el sistema monetario mundial regrese a su sanidad, porque se les acaba la fuente de ganancias más importante e interesante, la especulación de monedas.

Los grandes interventores son los que nos heredaron el famoso problema del FOBAPROA, la quiebra de la banca, la ineficiencia del ejido y los ejidatarios sin tierra, los precios ridículos de la gasolina y sus derivados, la inflación, la pobreza, el ingreso per cápita que apenas llega a $6000 dólares. Los interventores nos regalaron la “guerrilla de Chiapas,” la corrupción de PEMEX, las devaluaciones constantes en los 80s, los que provocan que miles de mexicanos arriesguen sus vidas tratando de encontrar oportunidades en los EU.

Los grandes interventores son los que recorren el mundo provocando “problemas de desbalance” para después enviar las hordas del FMI con sus recetas devaluatorias y de ajuste, y de esa forma poder absorber a través de sus rescates la ridícula cantidad de dólares que el FED sigue emitiendo sin respaldo, al mismo tiempo que mantienen la inflación lejos de las costas americanas. Son los que después apuestan a esos resultados a través de los elegantes derivativos, apuestan en carreras arregladas, ah, sí se equivocan, hay rescates elegantemente llamados bail out. Son los interventores los inventores de la red social a nivel mundial para tener a la gente aprisionada con su propia dependencia prometiéndoles lograr su redención. Son los grandes interventores los que manejan los sistemas educativos de nuestros países para de esa forma seguir adoctrinando y domesticando a nuestros ciudadanos en la cultura de la dependencia.

Señores intelectuales, el capitalismo murió en 1933, lo que tenemos es el control de la visible mano del grupo en el poder. Señores, no hay una tercera avenida, nos quedamos con lo que hemos tenido y tenemos; EL INTERVENCIONISMO, o empezamos nuestra lucha para establecer una sociedad verdaderamente libre, una sociedad basada en los “verdaderos” mercados libres representados por la democracia liberal.

El liberalismo no es religión, no es una visión del mundo, no es partido político. No es religión porque no demanda fe o devoción, no tiene dogmas. No es la visión del mundo físico porque no trata de explicar el cosmos y otros fenómenos similares, no tiene nada que afirmar acerca del significado y propósito de la existencia humana. No es un partido porque no busca beneficiar a un grupo especial o algún individuo. Es una ideología, es la doctrina de la buena relación entre los miembros de la sociedad. Es la ideología de la libertad, de la responsabilidad del individuo.

El liberalismo busca el dar al ser humano una sola cosa, el desarrollo del bienestar material en un ambiente de paz y libertad. Los países que en un momento adoptaron las políticas liberales, principalmente el Siglo pasado, es en los cuales la parte superior de la pirámide social es ahora compuesta no por los que sólo por haber nacido eran ya individuos privilegiados, sino ahora también por aquellos que han trabajado en desarrollar y mejorar sus condiciones económicas y sociales. Las barreras que separaban a los “señores” y los siervos han caído bajo el peso del liberalismo de una manera natural, no por decreto del Estado o por mandato del Politburó.

Siendo el liberalismo una doctrina que tiene su base en el mercado, al verdadero liberal le interesa el bienestar de muchos, el bienestar de las masas puesto que las masas son las que configuran el mercado. La revolución industrial del Siglo XIX, fue una revolución liberal con el propósito de satisfacer las necesidades de las masas.

El liberalismo del Siglo XIX fue también orientado hacia la abolición de la servidumbre y de la esclavitud en los EU. Hubo sin embargo cuestionamientos de tal propósito, especialmente de aquellos esclavizados. Es por lo mismo que a veces el liberalismo tiene que actuar aun ante la oposición las críticas y la agresión de los liberados. El liberalismo no promete que todos lleguemos a la meta al mismo tiempo, ni siquiera que todos lleguemos, promete que todos tengamos la misma salida.

No hay otra avenida, no perdamos tiempo ladrándole al reflejo de la luna en el agua, aquí no tenemos el otro sendero, aceptamos el intervencionismo que nos ahoga sin que sepamos que es o como describirlo, o iniciamos nuestra lucha cívica para establecer una sociedad libre, una sociedad regida por leyes no privilegios, regida por el mercado no por el Estado. Claudicamos con los intervencionistas y sus pájaros de mal agüero, o regresamos el poder a una sociedad civil que conduzcan el país con seguridad, fe, esperanza y optimismo por los senderos del tercer milenio.

Lo que tus hijos deben saber

Una buena forma de contrarrestar algo de la acción de la gran Matrix de la educación controlada por el estado y basada en la glorificación de los gobiernos. Etica social elemental que no conocen egresados universitarios en la Argentina.



La Filosofia de la Libertad (Spanish)
by Sidewinder77


visto en josebenegas.com.ar

Pensando el post kirchnerismo

El fracaso del modelo económico y de un estilo de hacer política abre la posibilidad del advenimiento de una verdadera democracia republicana y un gobierno limitado.

Tanto el ex ministro de Economía Roberto Lavagna como algunos sectores de la izquierda están preocupados porque consideran que el estrepitoso fracaso al que nos está conduciendo el modelo kirchnerista provocaría un retorno de la derecha al gobierno y a la política económica.

Vaya uno a saber qué entienden por derecha, pero es fácil advertir que –en esa mezcla de conceptos en que suelen incurrir– identifican a la derecha con la palabra neoliberalismo, invento reciente para no decir directamente liberalismo.

Quienes así piensan consideran que la crisis del kirchnerismo es consecuencia, únicamente, del comportamiento agresivo y de la permanente confrontación del matrimonio. Olvidan o desconocen que, en realidad, el modelo económico propuesto por los Kirchner estaba inexorablemente condenado al fracaso, más tarde o más temprano. Lo que sí puede decirse es que, si bien el modelo era inconsistente en sí mismo, tanto el matrimonio como su disciplinado soldado Guillermo Moreno han conseguido acelerar y profundizar una crisis que era inevitable al agregarle a la inconsistencia del modelo ingredientes propios de la Inquisición.

¿Qué temen Lavagna y la izquierda que pueda venir luego de la caída del modelo? ¿El respeto por las instituciones republicanas y al derecho de propiedad que atraen inversiones y generan crecimiento? Porque no debe olvidarse que la gran conquista de Occidente fue el movimiento liberal que logró limitar el poder de los monarcas para que estos dejaran de abusarse de su posición para esquilmar a los contribuyentes, sometiéndolos a sus caprichos.

El movimiento liberal no sólo consiguió eliminar las arbitrariedades de los gobiernos autocráticos sino que, además, fue el principal abanderado de los derechos humanos al limitar el uso de la fuerza de los monarcas contra sus súbditos, al tiempo que fue el gran defensor de la libertad de expresión y otras libertades civiles y políticas.

De manera que si hoy se teme al liberalismo, en verdad a lo que se le tiene miedo es a que la Argentina consiga establecer una democracia republicana que, al limitar el poder del Estado, termine con las arbitrariedades y elimine la corrupción, o al menos impida que ésta no sea cobijada por la impunidad.

Viendo la velocidad de crucero a la que marcha el gobierno de los Kirchner rumbo al iceberg, el principal temor que aparece en varios sectores de la dirigencia política es el de perder los privilegios y el modelo de negocio basado en subsidios, protecciones y demás tipo de medidas intervencionistas que generan rentas extraordinarias en determinados sectores productivos a costa de los ingresos de los ciudadanos. En otros términos, el miedo al liberalismo es el miedo a la competencia, a la inversión, a la capacidad de innovación y a la ausencia de mercados cautivos. El miedo a que el Ejecutivo sea controlado por el Legislativo y la Justicia actúe en forma independiente.

Dos modelos claramente contrapuestos se presentan para el post kirchnerismo. Uno es el de la libertad, la mejora de los ingresos en base a las inversiones, la limitación del poder y el respeto a la propiedad. El otro es el de continuar con este sistema decadente que es funcional a las ambiciones de poder de amplios sectores políticos, empresariales y sindicales. Esa ambición de poder se sustenta en mercados cerrados a la competencia para tener subordinados a los empresarios. Les dan el mercado cerrado para que ellos obtengan, con bajas inversiones y escasa competitividad, altas tasas de rentabilidad. A cambio de este beneficio, están dispuestos a sacrificar parte de su rentabilidad para calmar a la población con simples limosnas.

A su vez, el poder ilimitado de los gobernantes les permite no sólo controlar a sectores empresariales, sino que, además, el mantenimiento de la pobreza es funcional a sus objetivos de poder. Cuánta mayor pobreza, mayor es la dependencia de la población para subsistir gracias a las dádivas del gobernante de turno y más votos cautivos se consiguen.

¿Qué pestes tan terribles traería el liberalismo ante el fracaso kirchnerista? Las tan terribles pestes serían que se acabarían los peajes que cobran los burócratas para aprobar un formulario para que la gente pueda trabajar, dado que se eliminarían las arbitrarias regulaciones, fuente inagotable de corrupción. Otra peste que sobrevendría con el liberalismo sería la creación de condiciones institucionales para que llegaran inversiones y se crearan más puestos de trabajo, mejor remunerados y con mejores condiciones laborales. La tercera peste que sobrevendría sería la eliminación del regresivo impuesto inflacionario. La cuarta consistiría en que los argentinos, ante la seguridad jurídica, dejarían de fugar sus capitales hacia los países desarrollados y los repatriarían para financiar nuestro propio crecimiento en vez del de EE.UU. como lo hizo Néstor cuando giró los fondos de Santa Cruz al exterior. La quinta peste sería terminar con la expoliación impositiva de los ciudadanos para mantener a una legión de ñoquis e incapaces que viven a costa de los que trabajan honestamente. La sexta consistiría en que todos los gastos del Estado serían debatidos y controlados por el Congreso de la Nación. La séptima implicaría establecer un verdadero sistema federal impositivo para que las provincias y los municipios no tengan que mendigar en Buenos Aires fondos que les pertenecen. La octava peste pasaría por integrarse al mundo para vender los productos que se producen en la Argentina, incrementando el comercio exterior para aprovechar un mercado de 6.000 millones de consumidores potenciales.

Podría seguir enumerando pestes que vendrían con la llegada del liberalismo. Sin embargo, no vale la pena, porque esas pestes no serían para los argentinos sino para los inescrupulosos políticos que se han aprovechado del poder para esquilmar a la población aumentando sus cuentas bancarias.

A raíz de la crisis del campo, mucho se ha hablado de una lucha por la dignidad y también se ha intentando poner de rodillas a todo aquel que se opusiera a ser denigrado.

El post kirchnerismo le dará a la Argentina una nueva oportunidad para salir de esta larga decadencia en la cual se denigra a los habitantes. Tendremos la oportunidad de establecer una democracia republicana, con gobierno limitado y libertad económica que no sólo terminará con la decadencia, sino que –lo que es más importante– nadie tendrá que ponerse de rodillas frente al mandamás de turno para poder trabajar en paz, por pensar diferente o para recibir alguna limosna. En síntesis, el debate será entre estar todos de pie, con dignidad y libertad, o seguir sometiéndonos a las denigrantes arbitrariedades de funcionarios inescrupulosos.

© www.economiaparatodos.com.ar

Más que dos plazas, dos países muy diferentes

Por Carlos Pagni
De la Redacción de LA NACION

Néstor Kirchner insistió en que la ciudadanía debe movilizarse para defender la democracia. Tal vez haya que hacerlo en un país cuyo gobierno estimula la acción directa, controla fuerzas de choque, interviene las comunicaciones privadas y administra fondos públicos o designa funcionarios desde oficinas particulares.

Sin embargo, en el PJ, donde sobran los doctores en movilizaciones, atribuyen a Kirchner otras intenciones. Sospechan que quiere para el oficialismo la mitad de la prensa que tendrá el campo con su concentración en el Monumento de los Españoles. Para lograrlo, también hizo colapsar el mercado del transporte. Los duhaldistas que buscaban colectivos para llevar gente hasta Palermo entraron en emergencia anteanoche: en el área metropolitana no quedaban disponibles más de 200.

A pesar de lo rudimentaria, la escena estará llena de significado. Al movilizar a sus huestes, Kirchner dramatizará de manera muy expresiva una de las encrucijadas que se le ofrecen al país en este momento histórico. Las dos ?plazas? acaso representen a dos Argentinas posibles.

La interminable crisis iniciada en marzo liberó un inmenso caudal de información sobre esa revolución en cámara lenta que se viene dando en el sector agropecuario desde hace 15 años. Con la excusa de la rebelión fiscal, quedó expuesto un fenómeno casi desconocido para la opinión pública: el desarrollo espectacular de una actividad económica a partir de la incorporación de biotecnología, la experimentación de otras formas de trabajo de la tierra y la adopción de un nuevo modelo de administración. La polémica por las retenciones divulgó las características del "nuevo campo", un entramado social y productivo que constituye la principal valencia de conexión entre el país y la economía global.

Kirchner decidió enfrentar a quienes expresan ese fenómeno movilizando a una clientela reclutada en los barrios postergados del Gran Buenos Aires. Esa población, de cuyas necesidades se sirve la política desde hace décadas, es la víctima de un curso de acción fallido: el proceso de industrialización asistida en el que ingresó la Argentina hace 70 años, cuando decidió desacoplarse de la economía internacional para explorar una "vía nacional al desarrollo".

El experimento fue la respuesta a la crisis surgida a partir de 1929 en el seno de otra globalización, la que protagonizó el imperio británico, durante la cual la Argentina conoció siete décadas de progreso. El derrumbe de los años 30 la encontró entre las 10 naciones más ricas de la Tierra.

Frente a aquel colapso, la economía se replegó sobre el mercado interno, con una industrialización sustitutiva y Estado-céntrica. La mano de obra migró hacia las grandes ciudades, en una peregrinación que explica el surgimiento del peronismo. El horizonte intelectual de esta mutación fue la oposición entre la industria, con la que ahora se identificaba la modernidad, y el campo, asiento de una oligarquía rentista. Una caricatura criolla del pasaje del orden feudal al orden burgués.

Los Kirchner le hablan al campo desde el corazón de ese modelo, con un discurso cuya debilidad radica en su anacronismo. La pretensión de "defender la mesa de los argentinos" mediante el castigo a las exportaciones agrarias y la destrucción de los contratos del comercio internacional hace juego con la ilusión de que los servicios públicos mejorarán no cuando se eleve la calidad de los controles, sino cuando se sustituya al inversor extranjero por una "burguesía nacional" nacida de la intervención del Estado.

La semana pasada hubo dos ejercicios de esta forma de pensar: la misma administración que aspira a reemplazar en Aerolíneas a un par de empresarios españoles (muy polémicos hasta en su propio país) por un amigo del poder volvió a degradar un organismo como el ENRE, donde se designó director al ex diputado Eduardo Camaño, de ignotos antecedentes energéticos.

* * *

El aislacionismo que se manifiesta en estas decisiones supone una visión de la economía y de las relaciones internacionales para la cual todavía es posible, en un mundo cada vez más integrado, eso que Hugo Chávez denominó, al defender la estatización de Sidor, "el desarrollo endógeno".

Con este bagaje conceptual, es imposible comprender la evolución del campo. Porque el negocio agropecuario exhibe en la Argentina, desde hace 15 años, tres rasgos típicos de la economía globalizada: se basa en la incorporación de conocimiento, se organiza en red y está referido al mercado mundial.

El valor de la soja transgénica, adoptada por la Argentina en 1994, deviene de que ese "yuyo" incorporó los hallazgos que alcanzó la biotecnología en su búsqueda de nuevas proteínas para la satisfacción de un mercado de consumidores de alimentos. El salto en la productividad se completó con un método que permite cultivar la tierra sin removerla: la siembra directa.

También cambió el paradigma administrativo. La producción basada en unidades integradas, como la chacra o la estancia, ahora se sostiene en una red de contratistas. Este modelo de negocio desligó la riqueza de la posesión de la tierra.

El tercer aspecto que explica la revolución agraria en la Argentina es la integración al capitalismo global de grandes poblaciones con un consumo de proteínas retrasado. Mientras Europa consume al año 130 kilos por persona, China consume 22; India, 11, y el mundo, en promedio, 30.

Estos factores impulsaron a la Argentina de los últimos 10 años a expandir un 56% la superficie cultivada, quintuplicar la producción sojera y mejorar el rendimiento en un 80%. Otra vez el país encontró en el agro una inserción exitosa en la nueva globalización. La protagoniza una "burguesía nacional" irreconocible: no depende del Estado.

El capitalismo globalizado, con su nueva generación de desajustes, obliga a la dirigencia de todos los países a un esfuerzo de reeducación. Los Kirchner parecen resistirse. Han encarado la agenda agropecuaria inspirándose en una demonización del sector que servía, como dispositivo simbólico, al proceso de industrialización sustitutiva de hace 70 años. Pero esa experiencia se frustró. Lo revelan los niveles de ineficiencia de muchas industrias y, sobre todo, la degradación de la periferia de las grandes ciudades, donde reinan la pobreza, la desocupación, el crimen, la droga y la corrupción política.

Esa visión arcaica se proyecta sobre la política tributaria. Sin considerar las retenciones que se discutirán pasado mañana en el Senado, el fisco argentino aplica sobre la actividad rural una presión del 23% (como porcentaje del PBI agropecuario), muy superior al 2,76% de Brasil o al 6,90% de Uruguay.

Las retenciones móviles profundizan este cuadro. Son una condición de posibilidad casi inevitable para el proyecto de poder de los Kirchner, que redujo su base electoral a los segmentos más sumergidos de la sociedad: los que viven en el conurbano bonaerense. Son las víctimas de aquel fracaso y serán movilizadas mañana, para enfrentar al campo, en una metáfora perfecta.

Fundación Atlas 1853 lo invita a ejercer su derecho constitucional de petición a los representantes

Fundación Atlas 1853 lo invita a ejercer su derecho constitucional de petición a los representantes.

Estos son los mails de los 72 Senadores de la Nación.

No importa su partido, provincia o filiación.

De ellos y de los diputados depende la continuidad de las Retenciones móviles.

Están frente a una oportunidad histórica.

Ud tiene derecho a reclamar que frenen el intento del ejecutivo de saquear al campo sin otra pretensión que la voracidad fiscal.

No es cierto ni la intención distributiva, ni “el cuidado de la mesa de los argentinos”(Si eso les preocupara de verdad, la inflación no sería del 35% anual como viene para 2008)

No tema. No caiga en la trampa del gobierno.

Ejercer el derecho a reclamar no es golpismo, es democracia.
Envíele un mail a cada uno de los senadores, hágalos reflexionar, que escuchen su voz tanto como la del poder ejecutivo, que los presionará.

Ud es la DEMOCRACIA. Ejerza su derecho.
Para que sus hijos y nietos no le pregunten, “donde estaba y qué hacía el día que se perdió la libertad”

PD: en breve Fundación Atlas acercará la dirección electrónica de cada uno de los diputados de la Nación para que Ud pueda comunicarse con ellos.

PD 2: para buscar los datos de los se
nadores http://oac.senado.gov.ar/web/senadores/senadores.php

Y de los diputados.. http://www.diputados.gov.ar/


Direcciones de mail de los 72 Senadores de la Nación

roberto.basualdo@senado.gov.ar
fabio.biancalani@senado.gov.ar
mariajose.bongiorno@senado.gov.ar
adriana.bortolozzi@senado.gov.ar
samuel.cabanchik@senado.gov.ar
eric.calcagno@senado.gov.ar
castillo@senado.gov.ar
jcolazo@senado.gov.ar
mcolombo@senado.gov.ar
ana.corradi@senado.gov.ar
elena.corregido@senado.gov.ar
maria.diaz@senado.gov.ar
escudero@senado.gov.ar
escudero@senado.gov.ar
liliana.fellner@senado.gov.ar
fernande@senado.gov.ar
daniel.filmus@senado.gov.ar
selva.forstmann@senado.gov.ar
marcelo.fuentes@senado.gov.ar
silvia.gallego@senado.gov.ar
cesar.gioja@senado.gov.ar
haide.giri@senado.gov.ar
silvia.giusti@senado.gov.ar
ruben.giustiniani@senado.gov.ar
hilda.gonzalez@senado.gov.ar
pedro.guastavino@senado.gov.ar
guinle@senado.gov.ar
ada.iturrez@senado.gov.ar
jenefes@senado.gov.ar
latorre@senado.gov.ar
horacio.lores@senado.gov.ar
ruben.marin@senado.gov.ar
juan.marino@senado.gov.ar
jose.martínez@senado.gov.ar
alfredo.martinez@senado.gov.ar
norberto.massoni@senado.gov.ar
mayans@senado.gov.ar
ada.maza@senado.gov.ar
carlos.menem@senado.gov.ar
miranda@senado.gov.ar
morales@senado.gov.ar
lnegre@senado.gov.ar
roy.nikisch@senado.gov.ar
sdora.osuna@senado.gov.ar
jose.pampuro@senado.gov.ar
nanci.parrilli@senado.gov.ar
perceval@senado.gov.ar
juan.perezalsina@senado.gov.ar
daniel.persico@senado.gov.ar
luis.petcoffnaidenoff@senado.gov.ar
pichetto@senado.gov.ar
teresita.quintela@senado.gov.ar
emilio.rached@senado.gov.ar
reuteman@senado.gov.ar
marina.riofrio@senado.gov.ar
fabian.rios@senado.gov.ar
adolfo.rodriguezsaa@senado.gov.ar
juan.romero@senado.gov.ar
carlos.rossi@senado.gov.ar
ramon.saadi@senado.gov.ar
carlos.salazar@senado.gov.ar
maria.sanchez@senado.gov.ar
ernesto.sanz@senado.gov.ar
eduardo.torres@senado.gov.ar
monica.troadello@senado.gov.ar
roberto.urquia@senado.gov.ar
arturo.vera@senado.gov.ar
pablo.verani@senado.gov.ar
luis.viana@senado.gov.ar
elida.vigo@senado.gov.ar
isabel.viudes@senado.gov.ar

El libre mercado es la mejor política social


La elección del mejor método para promover el mayor bienestar posible al mayor número de personas implica debatir los fundamentos últimos que rigen la organización de la sociedad.

El anuncio de Cristina Kirchner de que los fondos recaudados por las retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias serán destinados a planes sociales y sanitarios no modifica la cuestión de fondo, es decir, que la presión impositiva ejercida sobre la producción rural es altamente abusiva... El Gobierno no tiene derecho a cobrar semejante tasa impositiva, independientemente de los fines a los que destine los fondos. Por supuesto que los anuncios de la Presidenta estuvieron destinados a legitimar ante la ciudadanía la posición del gobierno y a presentar sus exacciones como una medida altruísta y generosa (generosa con el dinero de los demás, aclaremos).

En este conflicto entre el kirchnerismo y el campo, el gobierno menea constantemente un concepto falso: que las retenciones móviles están justificadas porque el aumento de los precios de los productos agropecuarios en los mercados mundiales otorgan a los productores una tasa de rentabilidad muy elevada. De ese modo, las retenciones móviles son un instrumento "redistributivo". Se trata de un argumento falaz pero impactante. ¿Quién no mira con simpatía la propensión a ayudar a los débiles y necesitados? Sucede, sin embargo, que esa inclinación declamada esconde los verdaderos motivos del gobierno, que anuncia la construcción de "al menos, treinta hospitales" pero, en rigor, sólo busca aumentar su disponibilidad de caja para emplearla como medio de retención del poder político. Los "treinta hospitales" son tan concretos como los 20.000 millones de dólares de inversiones chinas de hace dos años.

El anuncio de la Señora Cristina, en definitiva, es una "puesta en escena" destinada a legitimar ante la sociedad la posición del gobierno. Sucede, sin embargo, que la intención del kirchnerismo es tan notoriamente evidente que su grado de credibilidad es prácticamente nulo. Por lo tanto, más allá del "ruido" generado por el anuncio, el conflicto entre el gobierno y los ruralistas, en lo esencial, no se ha modificado. El kirchnerismo, a partir de este anuncio, desarrollará la argumentación de que los productores agropecuarios son unos sujetos codiciosos e insensibles dedicados a lucrar incesantemente a expensas de los débiles y necesitados, a quienes el gobierno se encarga de defender inclaudicablemente. "Pura cháchara", diría un recordado caudillo peronista.

Sin embargo, la jugada del gobierno le plantea a los productores ruralistas el problema de que los deja en una posición incómoda ante el conjunto de la sociedad. La idea de que se pongan en marcha políticas de redistribución de la riqueza cuenta con un amplio consenso favorable en Argentina. Se trata, por cierto, de ideas vagas, inconsistentes, meras expresiones de deseos que en casi todos los casos llevan a efectos contrarios a los que se quiere producir. Pero esas fantasías están presentes en el imaginario colectivo y, aunque técnicamente sean impracticables, ejercen influencia real y concreta en las inclinaciones populares y, por lo tanto, en los resultados electorales.

La mejor política social es, como siempre, dejar que los mercados operen libremente y sin interferencias en un marco de seguridad jurídica y solidez institucional. De ese modo, las oportunidades de rentabilidad motorizarán las inversiones, generarán fuentes de trabajo y promoverán el consumo que a su vez estimulará nuevas inversiones que irán realimentando todo el proceso económico. Eso es lo que hará que el nivel de vida de la población mejore de acuerdo con las aptitudes y aspiraciones de cada uno. No es necesaria la intervención directa del estado (salvo en algunos casos excepcionales) para promover el bienestar de la población. Por supuesto que a estas ideas se las denuesta bajo el epíteto de "neoliberalismo". No por eso, sin embargo, dejan de ser ideas acertadas, conceptualmente coherentes y de eficacia empíricamente probada.

El kirchnerismo, lamentablemente, está inspirado por ideas completamente opuestas al liberalismo. La concepción ideológica que motoriza al gobierno privilegia el intervencionismo del estado en la distribución de la riqueza por sobre la acción natural del mercado. Esas ideas han fracasado siempre, donde quiera que hayan sido puestas en práctica en cualquiera de sus infinitas variantes. Sin embargo, el gobierno insiste en ellas y encuentra ciertos ecos favorables en la población que, de ese modo, elige apoyar cursos políticos que producen resultados perjudiciales aún para aquellos que les prestaron su adhesión. La acción del kirchnerismo en este contexto tiene un nombre, que es demagogia. La acción del gobierno en relación a las retenciones a las exportaciones agropecuarias es una práctica nítidamente demagógica. La supuesta construcción de escuelas, hospitales y caminos rurales es una burda mentira destinada a engañar al pueblo para que le preste su apoyo a los designios de un gobierno que luego incumplirá todas sus promesas.

El desenlace de este conflicto entre el kirchnerismo y los productores agropecuarios es aún incierto. Ninguna de las dos partes logra prevalecer definitivamente sobre la otra y no se vislumbra que alguna de las dos vaya a lograrlo a corto plazo. El kirchnerismo, al anunciar que empleará los fondos de las retenciones móviles para construir hospitales, escuelas y caminos rurales tiró "munición gruesa" contra los ruralistas pero la posición de estos se mantiene firme porque el argumento básico en el sentido de que la presión impositiva es abusiva, sigue vigente.

El problema de fondo, en definitiva, es el siguiente: ¿cuál es el mejor método para promover el mayor bienestar posible al mayor número posible de personas? Esto involucra nada menos que un debate acerca de los fundamentos últimos que rigen la organización de la sociedad. Se trata, en esencia, de un debate ideológico. Economía de mercado o intervencionismo estatal, esa es la disyuntiva. El kirchnerismo propugna el intervencionismo del estado. El tiempo pondrá en evidencia si éste es un método eficaz. © www.economiaparatodos.com.ar