Jugo de limón y Libertad

¿Qué hace cuando la vida le proporciona limones? Si usted está a punto de decir “hago limonada”, asegúrese primero de contar con un permiso o podría recibir una visita inesperada de un funcionario del gobierno. Este sábado es el “Día por la Libertad de la Limonada”, que es una protesta contra–agárrese fuerte–los cierres gubernamentales de los puestos infantiles de limonada.

Usted probablemente ha visto las historias acerca de los gobiernos clausurando los puestos infantiles de limonada. Si no lo ha hecho, aquí están los resultados solo de Forbes.com. Ciertamente no soy la primera persona en escribir sobre esto: E.D. Kain, por ejemplo, se ha expresado firmemente sobre los puestos de limonada en un par de ocasiones 1, 2) y dirige a los lectores hacia un caso similar en Salem, Oregón donde funcionarios han perseguido a una mujer que se encontraba realizando ventas en su jardín para solventar un tratamiento de cáncer de huesos.

Pensando en la secesión

Por José Benegas

No creo que pueda obligarse a un país a pensar, a comportarse, a ser lógico. Tampoco me parece que la queja sea legítima en tanto no esté implícita la opción de la ruptura. No se puede sostener una relación de enfrentamiento con un sistema de valores como el que impera y crece en la Argentina de manera eterna si no se está dispuesto en algún momento a desistir y simplemente separarse, seguir un propio camino. La queja agota, pero más agota la queja del que está atado al objeto de su queja.

En los países se vota más o menos dentro de un rango de posibilidades. Está claro que si un cincuenta por ciento de un país llega a votar por los que le roban y mienten en la cara, defienden la pelotudez más insólita sin vergüenza y se dedican a perseguir a los demás el tiempo de la queja está agotado. Acá es donde el sistema político es rígido al punto en el que parece que nos dijera “cállate y seguí votando”. Reemplacemos votar por otro verbo y nos acercamos a la cuestión.

Los austriacos tenían razón (otra vez)

Por Jeffrey A. Tucker. (Publicado el 4 de agosto de 2011)

Después de más de tres años de confusión, se ha llegado finalmente a un consenso en que estamos de nuevo en recesión. No se está creciendo. El exiguo crecimiento estadístico de los pasados años (nadie se atrevió a afirmar que produjera una recuperación total) era probablemente una ilusión.

Hay crecimiento real y hay estadísticas del gobierno. Las estadísticas han equivocado a los ingenuos, pero ahora la verdad es evidente para todos. No solo eso: afrontamos una calamidad de deuda imposible, el sector bancario es un zombi, los mercados laborales están parados, el sistema está inundado de recursos mal valorados, la vivienda sigue siendo un lío y no hay otro sitio a donde ir que no sea abajo, abajo, abajo.

La QE1 y la QE2, más increíbles esfuerzos de estímulo regulatorio, más océanos de dinero falso creados por Ben Bernanke, más tipos de interés a nivel del mar no han hecho nada salvo daño. Las oportunidades económicas se han cerrado para toda una generación. La libre empresa (y por tanto, toda la prosperidad) está luchando por su propia vida.

Todo esto se debe a la única cosa en la que Bush, Obama, los republicanos, los demócratas y todos los grandes medios de comunicación existentes están de acuerdo en que era lo que era correcto hacer: corregir las tendencias del mercado, estabilizar y luego estimular la macroeconomía. Una palabra: fracaso.

El ABC - Nociones básicas de finanzas

27/07/2011 - Francisco Capella

Algunos agentes económicos disponen de un superávit de recursos (ahorro) de los cuales podrían prescindir a cambio de una compensación adecuada. Otros agentes tienen un déficit de recursos respecto a sus objetivos deseados: tienen un proyecto empresarial o una necesidad de consumo y carecen de medios para ejecutar su plan o satisfacer sus deseos. Los agentes con superávit pueden poner esos recursos en común (acciones o participaciones de una sociedad), o pueden prestárselos a los agentes con déficit (créditos, préstamos, letras, bonos, obligaciones).

¿Propiedad? Intelectual.

La impropia propiedad intelectual - Por Carlos Rodríguez Braun

Entre los medicamentos de África y el caso Napster y otros, las patentes y los derechos de autor están sobre el tapete. Aunque ambos son ampliamente defendidos, incluso por liberales, en tanto que indispensables estímulos para la innovación y el arte, cabe preguntarse: ¿es propiedad la propiedad intelectual?

Hollywood en acción

por Alberto Benegas Lynch

Los artistas en la mayor parte de los casos se expiden sobre temas sociales incurriendo en todo tipo de falacias y gruesas equivocaciones.

Lo llamativo es que cuando alguno de estos artistas abandona el socialismo para abrazar la causa de la libertad, los colegas le hacen un vacío inmenso condenándolo al ostracismo porque les parece que se ha traicionado vilmente la causa.

Una vez escribí un artículo titulado “El síndrome del poeta” donde señalé que en general poetas, escultores, pintores, escritores de ficción y otras manifestaciones artísticas están compuestas por personas de gran sensibilidad que cuando se pronuncian sobre temas sociales lo hacen siguiendo sus primeros impulsos sin estudiar el tema. Hayek insistía que en economía la primera inclinación habitualmente está mal ya que esta ciencia es “contraintuitiva”: lo que se intuye en primera instancia no conduce a conclusiones acertadas ya que un análisis correcto requiere profundizar en “lo que se ve y en lo que no se ve” para recoger la conocida perspectiva de Bastiat que luego tomó y expandió Henry Hazlitt.

Amor e Interes

La Falsa Concepción del Amor como Desinteresado e Incondicional destruye su Sublime Valor
Por: Gary Hull, Ph.D.

Cada año en el día de San Valentín, se comete un crimen filosófico. De hecho, se comete durante todo el año, pero su destructividad se ve aumentada en esta fecha. Este crimen es la propagación de una falsedad ampliamente aceptada: la idea de que el amor es desinteresado. El amor, se nos repite constantemente, consiste de auto-sacrificio. El amor basado en interés personal, se nos advierte, es barato y sórdido. El amor verdadero, nos dicen, es altruista. ¿Lo es?

Imagina una tarjeta de San Valentín que se tome esta idea en serio. Imagínate recibir una tarjeta con el siguiente mensaje: “No obtengo ninguna satisfacción de tu existencia. No recibo ningún disfrute personal de la forma en que te ves, te vistes, te mueves, actúas o piensas. Nuestra relación no me beneficia. No satisfaces ninguna necesidad sexual, emocional o intelectual mía. Eres sujeto de caridad para mí y estoy contigo sólo por lástima. Besos, XXX.”

¿Educación? ¿Gratuita?

El uso de la razón es una capacidad humana que suele ser destruida mientras una persona crece. Esta bella virtud que nos regaló la naturaleza, la perdemos gracias a la "educación" que recibimos desde que somos pequeños e indefensos. Este "aprendizaje" lo único que logra es arruinarnos nuestra capacidad creativa, limitar nuestro conocimiento, nos produce un especial desinterés en aprender y nos adoctrina de tal forma que terminamos justificando la violencia estatal en casi todos los aspectos de la vida.

Debemos entender que la "educación pública", ni es educación ni es gratuita como muchos piensan ¿por qué? Veamos.

La pobreza no es culpa de los ricos.


El viernes 3 de junio se le entregó un premio humilde a un hombre humilde: el Premio Juan de Mariana a toda una vida dedicada a la defensa de la libertad fue a parar a Giancarlo Ibargüen. La corbata de color "rojo Marroquín" delataba, no sólo a él sino a todos los que vinieron desde Guatemala para festejarle, su procedencia: la Universidad Francisco Marroquín.

Su humildad, una de las trazas de su categoría personal, le llevó a interpretar la concesión del premio como un homenaje a la institución que lidera y dirige, y en realidad no era así, el Premio era para él. Pero eso nos permitió a los asistentes a la Cena de la Libertad y a todos los que lo deseen (el vídeo ya está disponible) disfrutar de una lección magistral de pedagogía.

Es el capitalismo, estúpido

Joan Tubau

Sabía que los antisistema eran liberales pero no conseguía desenmascararles. Quería demostrar empíricamente sus raíces capitalistas y no caía en lo fácil que iba a resultar pararles una trampa. Su filosofía barata iba a rendirse ante la teoría económica más básica, un simple experimento les delataría. Vender una cuantas cervezas en Plaça Catalunya sería suficiente. Con posibilidades mucho más atractivas para una noche del viernes (Sutton) y arriesgando parte de mi capital (que no es mucho), decidí entrar en un supermercado para comprar todas las cervezas que encontrase. Era arriesgado, lo sé, pero el capitalista es aquél que sacrifica su tiempo y su esfuerzo en pro de un beneficio futuro, y aquella era, a priori, una buena inversión. No me lo pensé dos veces, la verdad. Compré 600 latas de Estrella Damm y las cargué en el Volvo de mi padre. El coche en doble fila en Ronda de Sant Pere y un reto por delante, demostrar que el capitalismo es el mejor de los sistemas. Con un marketing de baja calidad (“cerveza 1€ amigo”) y un poco de suerte (la grúa no apareció por la zona), conseguí demostrar que Milton Friedman habitaba en las almas de los campistas. Vendí todas las latas en 3 horas. 250€ de beneficio neto.

Razón y Libertad

Por Antonio Muñoz Ballesta

Hans H. Hoppe es, junto con Jesús Huerta de Soto, el máximo exponente de la Escuela Austriaca de Economía en la actualidad. La IV edición de los Encuentros de Humanidades y Filosofía en Puerto de Mazarrón (Murcia) ha tenido el honor y el placer de invitar y, contar con la presencia del profesor Hoppe, los días 6 y 7 de abril de 2004. La conferencia que ofreció, en una noche histórica para la filosofía política en España, constituyó un ejercicio genial de razón y libertad. Las personas humanas se mantienen en la condición de personas morales o éticas si respetan entre ellos, y en ellos mismos, los principios a priori y evidentes de la razón social y política. La comunicación y el debate argumentativo entre los ciudadanos o personas morales tienen, por tanto, que aceptar implícitamente varios a priori que posibilitan las verdades racionales sobre sus personas, los bienes y la sociedad y, con ello, su riqueza económica y su orden moral, es decir, la libertad.

La libertad se convierte así en auténtica libertad concreta y deja de ser una abstracción incomprensible del "Estado social y democrático de Derecho" que, sin embargo, viene manteniendo la ideología dominante en un sistema económico y político basado en el hurto, robo y guerras totales. El sistema económico democrático y social que conocemos, el llamado " Estado de bienestar", tarde o temprano, sufrirá un colapso profundo, tal como ocurrió con el sistema soviético hace trece años. Para evitarlo hemos de intentar volver a las ideas verdaderas, y mediante estrategias concretas conseguir un orden natural de defensa de la razón y la libertad. Es imposible pensar razonablemente en la libertad sin defender absolutamente la propiedad privada. El utilitarismo no consigue, en Economía, respetar la propiedad privada. El método estratégico más legítimo para defenderla es argumentar razonablemente con quien se atribuye el monopolio de la fuerza y la resolución de los conflictos en un territorio determinado (el Estado), y sus intelectuales, para concluir, sin duda, que lo más racional, moral y económicamente, no es otra cosa que conseguir un orden natural de propiedad privada en el que el capitalismo no admita la figura del monopolio. La Economía y la Teoría social consiguen, así, abandonar todo secretismo.

Etica: Lo que portar armas enseña...

Por Eric S. Raymond
Traducido por Marzo Varea

La ética desde el cañón de un arma de fuego: lo que el portar armas enseña sobre la vida buena

"El portar armas es el medio esencial por el cual el individuo afirma tanto su poder social como su participación en la política como un ser moral responsable..."
(J.G.A. Pocock, historiador, describiendo las creencias de los fundadores de los Estados Unidos).
No hay nada como tener el dedo en el gatillo de un arma de fuego para revelar quién se es en realidad. Vida o muerte en la contracción de un músculo; la decisión definitiva, con el precio definitivo por la irreflexión o las malas elecciones.

Es una especie de prueba del ácido, una iniciación, el saber que hay una fuerza letal en tu mano y que todas las complejidades y ambigüedades de la elección moral se han refinado hasta quedar en una sola acción: ¿disparar o no?

Los impuestos: ¡son impuestos!

Adrià Pérez Martí

Uno de los argumentos que se emplean para tratar de justificar los impuestos es el llamado contrato social. Los ciudadanos pagamos impuestos voluntariamente porque se ha establecido un contrato por el que, a cambio, el estado nos presta unos servicios. Con esta idea se intenta enjuagar la carencia de raíz que acompaña a esta agresión otorgándole un aire de voluntariedad y libre asociación. Pero, ¿cuándo se ha firmado tal contrato? ¿Lo hice yo?

Evidentemente no existe tal contrato. Más bien al contrario, ante lo que verdaderamente nos encontramos es ante una concepción holista del mundo dominado por el constructivismo cartesiano ejemplificado en la expresión del destacado teorizante de la Revolución francesa, el abate Sieyès, que exhortaba a la Asamblea revolucionaria a “actuar como hombres justos saliendo del estado de naturaleza y reuniéndose con el propósito de firmar un contrato social”.

¿Estaba yo allí?, se preguntarán algunos. ¿Tuve la oportunidad de firmar tal contrato, apartándome y superando los primitivos y atávicos sentimientos del estado de naturaleza?

Tipos como Ole Bardahl triunfaban aqui también... (Hace un siglo atras)

El Sr. Ole Bardahl fundó la firma Bardahl Manufacturing Corporation en 1939. El Sr. Bardahl, un inmigrante noruego, llegó a los Estados Unidos a principios de 1920 con tan sólo 39 dólares estadounidenses y un gran ímpetu por lograr éxito en su vida.

Durante sus primeros años en este país, trabajó esmeradamente en una gran variedad de funciones hasta que entró en el campo de la construcción y se convirtió en un contratista y constructor de casas. El Sr. Bardahl siempre supo que era necesario arriesgarse para triunfar en los negocios.

El principio...

Paul Romer: Ciudades libres.

Salario mínimo. Leyes.

Por Henry Hazlitt
Fragmento de "La economía en una lección"

Hemos examinado anteriormente algunos de los perniciosos resultados que producen los arbitrarios esfuerzos realizados por el Estado para elevar el precio de aquellas mercancías que desea favorecer. La misma especie de daños se derivan cuando se trata de incrementar los sueldos mediante las leyes del salario mínimo. Esto no debe sorprendernos, pues un salario es en realidad un precio. En nada favorece la claridad del pensamiento económico que el precio de los servicios laborales haya recibido un nombre enteramente diferente al de los otros precios. Esto ha impedido a mucha gente percatarse de que ambos son gobernados por los mismos principios.

Las opiniones acerca de los salarios se formulan con tal apasionamiento y quedan tan influidas por la política, que en la mayoría de las discusiones sobre el tema se olvidan los más elementales principios. Gentes que serían las primeras en negar que la prosperidad pueda ser producida mediante un alza artificial de los precios y no vacilarían en afirmar que las leyes del precio mínimo, en vez de proteger, perjudican las industrias que tratan de favorecer, abogarán, no obstante, por la promulgación de leyes de salario mínimo e increparán con la máxima acritud a sus oponentes.

No obstante, debería quedar bien sentado que una ley de salario mínimo, en el mejor de los casos, constituye arma poco eficaz para combatir el daño derivado de los bajos salarios y que el posible beneficio a conseguir, mediante tales leyes, sólo superará el posible mal en proporción a la modestia de los objetivos a alcanzar. Cuanto más ambiciosa sea la ley, cuantos más obreros pretenda proteger y en mayor proporción aspire al incremento de los salarios, tanto más probable será que el perjuicio supere los efectos beneficiosos.

La libre portación de armas salva vidas


I. Planteamiento

Las políticas públicas levantan pasiones, y si la libertad de armas es una excepción es sólo por la virulencia de las mismas. Las armas no nos sugieren sino violencia, muertes o heridas, crímenes, o situaciones en absoluto agradables. Su referencia despierta miedo, cuando no asco. Pero ni el miedo ni el asco o el rechazo son un buen compañero para quien desee acercarse con honradez en los problemas que suscita la posesión de armas de fuego. Que además son de enorme importancia, ya que se refieren a derechos fundamentales de la persona, como el derecho a la vida, a la autodefensa o a la propiedad. Y tienen claras implicaciones en las libertades públicas y en la evolución del crimen. Este papel intentará exponer el veredicto de la criminología actual sobre los efectos del control de armas, con constantes referencias a los datos y la historia.

Lo primero que habría que establecer son los términos del debate, para evitar muchos de los errores que se repiten y que nacen precisamente de un fallido planteamiento. No tratamos de objetos (las armas) sino del comportamiento humano en relación con los mismos; por tanto, el problema no es armas sí o no, sino libertad personal en relación con las armas sí o no. El problema es la libertad individual en este ámbito y las consecuencias de su coerción por las autoridades públicas. Una clara implicación de que estemos intentando acercarnos a un comportamiento humano es que tenemos que recurrir a las ciencias de la Acción Humana, como son la economía, la historia, la sociología… Todas han hecho contribuciones al estudio del crimen y en especial en relación con la libertad en el uso de las armas de fuego, y aquí expondremos las conclusiones más sobresalientes.

Cuando hablamos de legislaciones de control de armas, nos referimos hoy a problemas muy diferentes de los suscitados en épocas precedentes. Últimamente ha surgido una contradictoria posición favorable a dicha restricción desde posturas democráticas, centradas en la reducción de los crímenes y de las muertes por accidente, que se suma a las tradicionales posturas colectivistas que han protagonizado siempre los ataques a la libertad individual, también en el uso de las armas de fuego. En los Estados Unidos ha sido la ideología racista, que negaba la condición de personas a los negros y por tanto les privaba de su derecho a portar armas, la que constituye la práctica totalidad de las proposiciones de control hasta el último medio siglo. Históricamente, es la ideología de poder, la contraria a la libertad del individuo, la que ha atentado contra esta libertad, dado su carácter de valuarte del resto de derechos y libertades[1].

La verdadera naturaleza de los impuestos

Por Rod Rojas. (Publicado el 26 de abril de 2010)
Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5214.

Realmente a nadie la gusta pagar sus impuestos. Pero como dice el viejo dicho sobre “muerte e impuestos”, hay una sensación de que los impuestos son tan legítimos e inevitables como la propia muerte. En su aceptación de los impuestos, mucha gente bienintencionada olvida que éstos violan nuestros principios morales más básicos.

Si han estado alguna vez en una guardería o en un parque donde juegan los niños, se habrán dado cuenta de que, aunque los chicos son demasiado jóvenes como para entender muchas cosas, ya tienen un sorprendente sentido de la justicia.

Quite un juguete a un niño que aún no pueda hablar una palabra y generalmente se encontrará con una clara protesta. En lo que respecta al niño, le ha robado su juguete, ha iniciado violencia, y por tanto es tiempo de llorar. El razonamiento del niño probablemente no sea tan sofisticado, pero ahí está la comprensión.

Los niños algo mayores sn incluso más asombrosos. Entienden que hay violencia ilegítima (cuando se roban juguetes), pero también entienden que existe asimismo una violencia legítima, que se produce cuando el niño víctima se dirige al ladrón y recupera su juguete. Lo asombroso es lo normal es centrarse en recuperar el juguete en lugar de castigar al agresor. El castigo es un concepto que aprenden más tarde, probablemente de nosotros.

La iniciación de violencia es el acto de un agresor contra ti o contra tu propiedad. Puede realizarse mediante violencia real o intimidación, porque la mera amenaza de violencia es un acto de violencia en sí mismo. Un buen ejemplo sería un ladrón que te apunta con un arma para quedarse con tu cartera sin apretar el gatillo. Otro ejemplo menos evidente es la forma en que el gobierno se queda con nuestro dinero. Decir que los impuestos son una forma de robo puede parecer un poco exagerado, pero rechaza pagar tus impuestos y acabarás en la cárcel. Rechaza pagar tus impuestos a la propiedad y verás quién es realmente el propietario de tu casa.

Indefensos por nuestro propio bien...

13/06/2005 por Albert Esplugas Boter

Reza un proverbio del viejo oeste que Dios creó a los hombres y Samuel Colt los hizo iguales. El asaltante carece ya de ventaja si el tendero esconde un arma bajo el mostrador, o el violador si la chica oculta un arma en el bolso, o el allanador homicida si la familia guarda un arma en la mesita de noche. Gracias a su revólver, el pasado 3 de junio en Dayton, Ohio, un individuo pudo protegerse de dos maleantes que a punta de pistola le reclamaron la cartera. Acciones defensivas de este tipo se cuentan cada año por millones, aunque jamás se les dedique mención alguna en los telediarios.

Anualmente se cometen en Estados Unidos cerca de medio millón de delitos con armas de fuego. El otro dato a destacar, abandonado con frecuencia en el tintero, es que en más de dos millones de casos se da a dichas armas un uso defensivo, lo que significa que con éstas se previenen muchos más delitos de los que se cometen. De acuerdo con el exhaustivo estudio de Klerk y Getz, en 1993 hubo 39.595 muertes por arma de fuego en Estados Unidos (incluyendo suicidios, accidentes y víctimas de la actuación de la policía). Paralelamente se estima que el uso defensivo de las armas de fuego salvó la vida a 340.000 - 400.000 personas. También cabe apuntar los 280.000 casos en los que se ha hecho un uso defensivo de las armas con respecto a animales agresivos (serpientes, perros, zorros, osos...).

En Gran Bretaña el Gobierno laborista prohibió la tenencia de armas en 1997. De 1993 hasta 1997 el número de robos con armas había caído en un 50%. A partir de 1997 empezaron a ascender los índices de criminalidad: los robos subieron un 45% y los asesinatos un 54%. Los índices de criminalidad también se dispararon en Australia desde la aprobación de medidas restrictivas en 1996. Los robos con armas, por ejemplo, se incrementaron en un 74%. En Estados Unidos, por el contrario, donde el control de armas se ha relajado en la última década, los índices de asesinatos y delitos violentos han ido descendiendo paulatinamente.

Las armas de fuego no matan a la gente, lo hacen las personas. Su tenencia no viola per se la libertad de nadie. Se trata de simples instrumentos, especialmente útiles para defenderse. Y los individuos tienen derecho a defenderse. Restringir la libertad de armas supone condenar a las personas a una auto-defensa más precaria y riesgosa, en beneficio de los agresores. Teniendo el individuo derecho a emplear la fuerza para preservar su integridad física y salvaguardar su propiedad, ¿de dónde se sigue la ilegitimidad de hacer un uso defensivo de las armas de fuego? Resulta de todo punto inaceptable que se apele a la irresponsabilidad de algunos para, con carácter preventivo, despojar a todos de un objeto útil para la auto-defensa y la disuasión. O que se apele a los accidentes y al peligro que las armas suponen para los pequeños cuando son 15 veces más los niños que mueren en accidentes de tráfico y 5 veces más los que fallecen en accidentes de piscina.

Los intervencionistas confunden el propósito de una ley con su resultado. La disyuntiva no está entre una sociedad en la que todos, criminales y gente de bien, están armados y una sociedad en la que todos están desarmados. Ésta es una falsa dicotomía. Cuando es ilícito portar armas sólo los criminales las llevan consigo, pues el delincuente que normalmente no acata la ley tampoco va a hacerlo en esto, mientras que el ciudadano común que sí la respeta va a quedar desarmado. Cuando portar armas es legal entonces las llevan tanto los criminales como los que quieren protegerse de ellos.

Cualquier legislación anti-armas (véase el Reglamento de Armas español) será además forzosamente arbitraria: ¿por qué no se prohíben también los cuchillos de cocina o los bates de béisbol? No es válido argüir que tienen en principio una finalidad “no-ofensiva”, pues ningún objeto es inherentemente “ofensivo” o “inofensivo”. Lo mismo que el bate puede emplearse para agredir a un individuo o para golpear una pelota, las armas de fuego pueden emplearse agresiva o defensivamente. Es la acción humana en particular y no el objeto de que se sirve lo que debe enjuiciarse.

Por último, una sociedad armada es una sociedad más difícil de someter. Dijo Lenin que un hombre con un arma puede controlar a cien sin ellas. En un país como Estados Unidos, donde más de 90 millones de ciudadanos están armados, el Gobierno se guardará de subyugar al pueblo más allá de cierto punto. La libertad de armas puede ser una garantía frente a las inclinaciones totalitarias del Estado.


1° de mayo de 1853: Nace nuestra República.

Después de la Revolución de Mayo surgió la necesidad de dictar una Constitución para la Nación Argentina con la finalidad de constituir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior.

La reunión inicial se celebró el 31 de mayo de 1852 en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, recordándose la misma con el nombre de "Acuerdo de San Nicolás".

El 1º de mayo de 1853 los diputados de las provincias (excepto los de Buenos Aires), reunidos en Santa Fe, sancionaron la Constitución Nacional.

La constitución promulgada estableció un gobierno representativo, republicano y federal. El federalismo que adoptó fue moderado ya que reconoció la autonomía de las provincias pero también organizó un poder central. El poder legislativo se determinó como bicameral, el poder ejecutivo, como unipersonal, elegido por un colegio electoral y sin posibilidad de reelección y, el poder judicial, como independiente. El catolicismo se reconoció como religión oficial pero se garantizó la libertad de culto. Las constituciones provinciales debieron tener aprobación del gobierno nacional y, los gobiernos provinciales, pudieron ser juzgados por el Congreso Nacional. El gobierno nacional tuvo poder para suspender las garantías constitucionales por medio del estado de sitio e intervenir las provincias. Se declaró la ciudad de Buenos Aires como sede de las autoridades nacionales. Se aseguró el ejercicio de las libertades individuales y se llamó a habitar nuestro suelo a todos los hombres de distintas nacionalidades, concediéndoles derechos civiles.

Fuentes principales:
  • Constitución de Filadelfia, Estados Unidos (1787).
  • El Federalista; de Hamilton, Madison y Jay.
  • Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, de J.Bautista Alberdi. Plantea la disyuntiva entre una Constitución unitaria o federal. Señala además que los constituyentes deben tener en cuenta los antecedentes históricos de ambos pensamientos y producir una Constitución que contemple un sistema mixto de unidad y federación. También fue importante el proyecto constitucional del mismo autor.
  • Dogma Socialista, de Esteban Echeverría. Señala la necesidad de volver al proyecto de unidad e indivisibilidad de mayo pero con una organización social adecuada.
  • Pactos preexistentes: estatutos, constituciones, ensayos constitucionales, pactos interprovinciales y reglamentos de nuestro país.
  • Acuerdo de San Nicolás.

Libertad individual y Educación

Una defensa de la no escolarización como expresión de la libertad individual, ponencia de Laura Mascaró en el I Congreso de Economía Austriaca en Santiago de Compostela, marzo 2008.

En el libro “Education: free & compulsory” Murray N. Rothbard utiliza un interesante juego de palabras entre “gratuito” y “libre” referido a la educación.

En él dice: lo que distingue al bebé humano de otros animales es su potencial intelectual, la habilidad de razonar que puede desarrollar en mayor o menor medida. El niño usa el poder de su mente para aprender acerca del mundo que le rodea y de si mismo. Este proceso de aprendizaje y el desarrollo de todas las facetas de su personalidad, esto, dice Rothbard, es la educación. Y la educación está en todas y cada una de las actividades de la infancia. Por tanto, “educación” no puede equipararse jamás a “escolarización”. La educación así entendida, además, no se da únicamente en la infancia sino que se da a lo largo de toda la vida; como dice Pam Sorooshian, “I live, therefore I learn” (Pam es una mujer de Tempe, Arizona, que educó en casa a sus tres hijas ya adolescentes).

Entonces, si aceptamos el concepto de “aprendizaje” y de “educación” de Rothbard, está claro que no debería hacer ninguna falta una instrucción formal, sistemática, estructurada en clases y asignaturas. Pero, ¿hace falta una mínima instrucción? Sí, desde luego. Hay que enseñar a nuestros hijos a leer, a escribir; leer significa comprender aquello que leen, ser capaces de hacer análisis y crítica y de poner en relación todo aquello que leen con aquello que viven, que es aquello que aprenden, en definitiva. Y hay que dar una instrucción dirigida, sobretodo, a desarrollar la capacidad de ser autosuficientes, de saber buscar y encontrar la información que necesiten cuando la necesiten, de encontrar los recursos necesarios para salir adelante en todos los aspectos de sus vidas; una instrucción dirigida a formar personas íntegras que confíen en su propio criterio, que sean capaces de tomar decisiones y de asumir las consecuencias derivadas de ellas.

Aquello que distingue al género humano, dice Rothbard, es la individualidad; del mismo modo, dice, que no hay dos huellas digitales iguales tampoco hay dos personas iguales. Pero el principio constitucional de igualdad, que debería interpretarse en el sentido de tratar igual a los que se encuentran en las mismas circunstancias y tratar distinto a los que se encuentran en circunstancias distintas, se interpreta en el sentido de “uniformidad”. Y esto es, de nuevo en palabras de Rothbard, “fundamentalmente anti-humano”.

Y esto es la escuela. La escuela uniformiza, en ella todos son iguales, todos estudian lo mismo al mismo ritmo. No se respetan los intereses, las aptitudes ni las necesidades particulares de cada uno. Por tanto, deduce, es obvio que la mejor instrucción es la que se da de forma individual. Y ¿quién mejor que los padres para dar esta instrucción? Porque ellos son los que mejor conocen al niño.

La educación en España

La Constitución Española de 1978 dice en su artículo 27.1: “se reconoce la libertad de enseñanza”.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice en su artículo 26.1: “Todos tienen derecho a la educación”.

La Ley Orgánica de Educación de 2006 (que debería llamarse “Ley de Escolarización”) sólo habla de “equidad”, “igualdad de oportunidades” y organización del “sistema educativo en etapas, ciclos, grados, cursos y niveles”. Por tanto, la libertad de enseñanza que reconoce la Constitución no existe en España dentro del marco de la ley. ¿Por qué? Porque las únicas opciones que tienen los padres son:

  • Escuela pública
  • Escuela concertada
  • Escuela privada

Y, al fin y al cabo, todas son una pequeña variación del mismo sistema.

No habrá verdadera libertad de educación mientras los padres no tengan derecho a elegir, también, otro tipo de escuelas: una Waldorf, un Montessori, un Pestalozzi, una escuela de Barbiana, un Summerhill, una escuela a distancia o, mejor aún, lo que defiende Rothbard: la escuela en casa o la no escuela.

¿Qué hace la escuela? Reduce el aprendizaje a un currículum preestablecido por el poder político, igual para todos, y segrega el conocimiento en asignaturas independientes unas de otras como si no tuvieran nada que ver. Los niños no sólo no ven relación entre las distintas ramas del conocimiento académico sino que no le ven utilidad práctica. En la escuela los niños se sientan y escuchan, actúan a toque de timbre, se mueven en fila de a uno y hasta tienen un pupitre asignado; no participan activamente, no experimentan, no descubren; engullen una gran cantidad de materia que muchas veces ni entienden, para luego vomitarla en un examen que servirá para poner de manifiesto lo que no han sido capaces de retener en su memoria, porque no olvidemos que un examen nunca sirve para demostrar lo que sí sabes sino para poner de manifiesto aquello que no has sido capaz de retener. Entonces, los alumnos se comparan unos con otros y se empiezan a poner etiquetas en función de su mayor o menor capacidad para seguir al rebaño, lo cual, inevitablemente, mina su autoestima, su personalidad y su propia consideración de si mismos impidiendo el despliegue de su individualidad. Y para que los menos capaces no queden rezagados (porque no todos tenemos las mismas capacidades), la escuela se ampara en la tan manida “igualdad” que propugna la Constitución cuya consecuencia es la rebaja del nivel académico hasta límites vergonzosos.

¿Qué hace Montessori?

María Montessori nació en Italia 1870, en el seno de una familia burguesa, católica y de padre militar. En aquella época, la máxima aspiración académica para una mujer era llegar a convertirse en maestra; sin embargo ella estudió ingeniería a los 14 años, después Biología y Medicina. Fue la primera mujer licenciada en Medicina en Italia (1986); siguió estudiando: Antropología y Filosofía. Con la crisis que surgió al unificarse las provincias italianas, con la independencia del país, María Montessori empezó a dar charlas sobre las condiciones sociales, sobretodo de las mujeres, y de la importancia de la educación de los niños con deficiencias mentales. Estudió a estos niños, que habían sido catalogados de inútiles para la sociedad y “aparcados” en instituciones donde las estancias estaban absolutamente vacías. Allí observó que lo que hacían estos niños con las migas de pan –que era lo único que tenían- no era comérselas, sino manipularlas, experimentar con ellas. Se dio cuenta de que estos niños tenían también grandes potencialidades que podían ser desarrolladas y que, para desarrollar la inteligencia y la personalidad de cualquier niño lo que necesita es actividad, un entorno y materiales adecuados para la libre experimentación.

Estudió los trabajos del médico francés Jean Itard (quien había estudiado al conocido niño salvaje de Aveyron) para quien es de vital importancia la observación en los niños y entiende que a los niños no se les puede imponer nada.

Estudió también los trabajos de otro médico francés, Edouard Séguin, según el cual todo lo que llega a la mente pasa por los sentidos, y los sentidos pueden ser refinados y desarrollados para que el niño se ayude a si mismo. El objetivo es la autoeducación, el autodesarrollo: yo me conozco, yo me educo, yo me desarrollo.

Por último, estudió al pedagogo suizo Pestalozzi, para quien la relación alumno-profesor debía basarse en el amor: el maestro debe hacer un trabajo interior, amando a su profesión y así amar también al niño. Está claro que sin amor no hay respeto; y sin respeto, destruimos al individuo, una vez más, minando su autoestima destruimos aquello que lo hace único e impedimos su desarrollo intelectual y emocional.

En base a todas estas teorías pedagógicas, María Montessori desarrolló la suya propia: introdujo el movimiento como fundamento del aprendizaje de los niños de hasta 6 años, cuyo desarrollo se basa en la interacción con el entorno. El método Montessori no incita a la rivalidad sino que respeta y valora el logro de cada uno en su momento oportuno y según su propio ritmo. El error, la equivocación o la falta son considerados parte del aprendizaje; para ello, no son castigados sino señalados, valorados e integrados en el proceso de aprendizaje como una etapa más que da pie a la auto-valoración del niño: una vez más, desarrollo del ser como individuo. Los niños no son adultos incompletos sino que son individuos en si mismos, y como tal han de ser tratados y respetados. Si no reforzamos la individualidad de los niños, no tendremos adultos independientes, autosuficientes y seguros de si mismos, sino que tendremos adultos incapaces de tomar decisiones, que siempre van a depender de otros. Y ahí es donde le abrimos la puerta al Estado para que haga de nosotros (y de nuestros hijos) lo que quiera.

¿Y Summerhill?

Summerhill es un internado inglés fundado en 1921 por A.S. Neill. Aunque considero muy criticable su teoría de que los niños deben pasar el mínimo tiempo posible con sus padres, por lo demás se fundamenta en unos principios bastante liberales y sólo levemente democráticos. Además, “Summerhill”, el libro de Neill publicado en 1960, sirvió para abrir el debate sobre las posibles alternativas a la escuela tradicional, especialmente en los Estados Unidos. El principio básico del internado es la libertad, con el único límite de no transgredir la libertad ajena, de respetar los derechos del otro. En su libro “Freedom – not license!”, Neill pone el siguiente ejemplo: “en mi escuela el niño disfruta de libertad para acudir a las clases o no hacerlo, porque eso es cosa suya, pero no está autorizado a tocar la trompeta cuando otros desean estudiar o dormir”. En Summerhill, la libertad va asociada indisolublemente a la responsabilidad y al respeto a la libertad y a los derechos ajenos. La asistencia a clase no es obligatoria, no hay exámenes ni calificaciones, no hay jerarquía, reprimendas ni sermones. Cada uno asume las consecuencias de sus propios actos. Neill, como Montessori, se opone a la rivalidad entre niños y entiende que el objetivo último de la educación es la consecución del equilibrio emocional como presupuesto imprescindible para la felicidad de las personas. El órgano de gobierno del internado es la Asamblea, donde niños y adultos intervienen y votan con igualdad para resolver los conflictos, aprobar o cambiar normas y tomar decisiones, excepto en lo concerniente a la contratación de los maestros; existen reglas para su funcionamiento y los cargos son rotatorios. La Asamblea, dice Neill, es la mayor lección que los niños de Summerhill aprenden.

Escuelas libres

La legislación española no pone precisamente facilidades para la creación de este tipo de escuelas.

Entre 1975 y 1978 se abrieron en España tres centros de los llamados “escuelas libres”: Paideia en Extremadura, O’Pelouro en Galicia, y Michael en Madrid. En los últimos quince años se han creado más de 30 de estos centros; la gran mayoría en los últimos 5 años (es decir, durante el período de gestación y entrada en vigor de la LOE2006). Aunque no son propiamente escuelas porque no reúnen los requisitos legales necesarios para ser considerados como tales, sino que son, normalmente, asociaciones de padres de niños no escolarizados y la única normativa a la que pueden acogerse es el artículo 27.3 de la Constitución que reconoce el derecho de los padres para que sus hijos reciban la “formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Alrededor del 70% de estas “escuelas” están en Cataluña.

No escolarización

Los más arriesgados (que son los menos; en España las cifras bailan entre 2000 y 4000 niños) optan por la escuela en casa o por la no-escuela. Vamos primero a aclarar conceptos porque en español hay un poco de confusión al respecto.

El “homeschooling” significa, literalmente, “escuela en casa”. En España se conoce también como “educación en casa”, “educación en familia”, “educación en el hogar”, etc, etc. La expresión no es muy acertada porque “educación” es más que llevar la escuela a casa; los niños escolarizados también son “educados” en casa por sus padres. Es preferible la expresión “escuela en casa”, también por lo que la distingue del “unschooling”.

Entre los niños que hacen escuela en casa hay, principalmente, dos tipos: los que están matriculados en algún centro a distancia (normalmente extranjeros y con títulos homologados en España) y los que no. ¿Qué tienen en común? Que todos ellos siguen el currículum oficial del Ministerio de Educación y Ciencia, usan libros de texto y tienen sus horarios de estudio. Muchos dedican menos de dos horas al día al “estudio” y, sin embargo, su nivel académico suele ser notablemente superior al de los niños escolarizados de su misma edad.

El “unschooling” (“no-escuela”, pero que muchos incluyen en el término “educación en casa” sin distinguirlo del “homeschooling” cuando en realidad son muy diferentes) consiste en encontrar el aprendizaje en todas partes. No se matriculan en ningún centro, no siguen ningún currículum y no tienen horas de estudio como las entendemos en el ámbito escolar. Es el “I live, therefore I learn” de Pam Sorooshian: El aprendizaje está en todas partes. Aquí, no es el padre el que guía al niño sino que es el niño el que guía al padre. El padre le proporciona experiencias y materiales en función de los intereses del niño. Escribe Pam: “Hacer Unschooling con mis hijos me enseña que el aprendizaje es divertido y agradable. Aprender no consiste en rellenar los espacios en blanco de un examen. Aprender no es ser obligado a memorizar un montón de hechos que pueden encontrarse muy fácilmente, en cuestión de minutos, en internet o en un libro cuando sea necesario. Hacer Unschooling con mis hijos me ayuda a ver que sus intereses y sus pasiones son válidas e importantes.”

En este punto tenemos que hablar, necesariamente, de John Taylor Gatto.

John Taylor Gatto nació en Pittsbugh, Pennsylvania, en 1937. Ejerció como maestro durante casi 30 años y obtuvo el Premio al Maestro del Año de la Ciudad de Nueva York en tres ocasiones (1989-90-91) y el Premio al Maestro del Año del Estado de Nueva York en 1991. Cuando se retiró publicó un artículo titulado “I quit, I think” en el que decía, literalmente, que no quería seguir “haciendo daño a los niños para ganarse la vida”. Desde entonces, se dedicó a dar conferencias y a escribir sobre la educación y la escolarización. Él es el principal defensor y exponente teórico del homeschooling y, en especial, del unschooling. Ha recibido diversos premios de organizaciones liberales, entre ellos, el Premio a la Excelencia Alexis de Tocqueville por la Promoción de la Libertad Educativa, en 1997.

Gatto defiende el aprendizaje basado en la experiencia (como Montessori) por contraposición a la escolarización tradicional y explica por qué la escuela no educa. Analiza la crisis social de la que se deriva el fracaso de las instituciones educativas. Según él, los niños –escolarizados- y los ancianos viven alejados del mundo real y, mientras ellos no se mezclen, la sociedad no tendrá futuro ni pasado, sino sólo, dice, “presente continuo”.

En uno de sus escritos cuenta que en la Universidad de Harvard se advirtió a los alumnos de que, de la manera en que la economía estaba cambiando, cada vez iban a ser menos importantes y menos valorados los títulos oficiales y las clases académicas. Se presentó un listado de las diez cualidades que se consideraban esenciales para adaptarse con éxito al nuevo mundo laboral que tan rápido cambia. Éstos son:

  1. La habilidad de definir los problemas sin necesidad de una guía.
  2. La habilidad de formular preguntas difíciles que cuestionen las presunciones predominantes
  3. La habilidad de trabajar en equipo sin necesidad de un guía que les oriente.
  4. La habilidad de trabajar individualmente, absolutamente solos.
  5. La habilidad de convencer a los demás de que tu posición es la correcta.
  6. La habilidad de debatir cuestiones y técnicas en público con el objetivo de tomar decisiones políticas.
  7. La habilidad de conceptualizar y reorganizar la información en nuevas estructuras y patrones.
  8. La habilidad de extraer rápidamente la información que necesitas de entre un montón de datos irrelevantes.
  9. La habilidad de pensar de forma inductiva, deductiva y dialéctica.
  10. La habilidad de enfrentarse a los problemas para resolverlos de un modo heurístico.

Y dice él que nunca enseñó nada de esto a sus alumnos en los casi 30 años que estuvo trabajando en escuelas. Porque lo único que la escuela enseña realmente, dice, es a obedecer órdenes. Por esto, la escolarización es cada vez más irrelevante para las empresas a la hora de seleccionar a sus trabajadores, porque la escolarización y los títulos oficiales no garantizan que se haya adquirido ninguna de las habilidades antes mencionadas y que sí son relevantes en el mundo real y en el mundo empresarial.

¿Por qué pasa esto? Porque desde el momento en que se mezcla el principio de igualdad con el derecho de todos a la educación –y se equipara educación a escolarización- este derecho se convierte en obligación y para que sea accesible a todos ¿qué hacemos? Establecemos su gratuidad por ley. Entonces tenemos un exceso de estudiantes y, al tiempo que aumenta la cantidad de titulados, disminuye la calidad.

Cada año, la revista Edge hace una pregunta distinta a un grupo de pensadores y científicos. En el año 2006, la pregunta fue ¿Cuál es tu idea peligrosa? El Dr. Roger Shank, líder mundial en investigación de Inteligencia Artificial, teoría del aprendizaje, ciencia cognitiva, y la construcción de entornos de aprendizaje virtuales, y fundador del Institute for the Learning Sciences, respondió con un artículo titulado “No más miradas indecentes de los maestros” en el que escribe: “Mi idea peligrosa es una que la mayoría de la gente rechaza inmediatamente sin pensarlo seriamente: la escuela es mala para los niños. Les hace infelices y, tal y como se demuestra, no aprenden mucho en ella”. Cita a Oscar Wilde: “La educación es una cosa admirable, pero está bien recordar de tarde en tarde que nada de lo que merece la pena saber se puede enseñar.” Y continúa: “El gobierno es y siempre ha sido el problema de la educación (…) Desmontemos las escuelas. Convirtámoslas en apartamentos”.

Otro importantísimo teórico norteamericano del homeschooling fue John Caldwell Holt (Boston, 1923-1985), quien pasó de ser maestro de escuela a ser defensor acérrimo de la no escolarización, siguiendo primero al anarquista vienés Ivan Illich y convirtiéndose después en liberal (libertarian) defensor de la no injerencia del Estado en materia de educación cuya responsabilidad debe ser asumida únicamente por las familias; y promotor del “unschooling” por contraposición al concepto de “deschooling” de Illich. Illich propone la “desescolarización de la escuela” en el sentido de “desinstitucionalización” para evitar la polarización social que la escuela fomenta. Para él, “los pobres necesitan fondos que les permitan aprender”, al margen de la escuela, lo que los ricos obtienen de sus familias “por el hecho de poderse permitir comprar libros, viajar durante las vacaciones o asistir a clases particulares”. Por ello propone un sistema de becas, similar al propuesto por Milton Friedman, de modo que los fondos se canalicen directamente hacia el beneficiario permitiéndole “comprar su parte de la escolaridad que elija”. La posición de Holt, por el contrario, es abiertamente anti-escuela: “Yo quiero dejar en claro que no veo la educación en el hogar como un tipo de respuesta a lo deficiente de las escuelas. Yo creo que el hogar es la base adecuada para la exploración del mundo que entendemos como aprendizaje o educación. El hogar sería la mejor base no importa cuán buenas sean las escuelas.”

Volviendo a Rothbard

Hemos dicho, siguiendo a Rothbard, que la mejor instrucción es la individual y que lo ideal es que la impartan los padres porque son quienes mejor conocen la personalidad, los intereses, las aptitudes y las necesidades de los niños. Coincido con él en que el único motivo que podría llevar a unos padres a elegir la escuela en vez de la instrucción individual es el motivo económico; sin embargo, discrepo en su razonamiento. Según él, hay unos conocimientos mínimos que el niño debe adquirir mediante la instrucción formal (y que coinciden fundamentalmente con las materias curriculares de la educación oficial en casi todo el mundo; es decir: lectura, escritura, gramática, ciencias naturales, historia, geografía, ciencias “morales” del comportamiento humano –en las que incluye economía, política, filosofía y psicología- literatura, aritmética y matemáticas avanzadas). Y, además, según él, no todos los padres están académicamente cualificados para impartir esta instrucción por lo que no les queda otra opción, si quieren evitar la escuela, que acudir a profesores particulares. El coste económico, obviamente, es prohibitivo para la mayoría.

Rothbard, al desarrollar esta teoría, no tiene en cuenta:

  • Primero: si el niño realmente debe aprender todas estas cosas y puede hacerlo ¿por qué se supone que la capacidad intelectual de los padres ha de ser inferior a la suya? Si el niño puede aprenderlo, los padres pueden aprenderlo antes para enseñárselo o bien aprenderlo al mismo tiempo y compartir ese proceso. Además, también pueden buscar la colaboración de familiares, amigos y conocidos mediante un sencillo sistema de trueque.
  • Segundo: si los padres no conocen todas esas materias y además son incapaces de aprenderlas pero no les ha ido mal en la vida, ¿no será que no es tan necesario aprenderlo? Y cuando hablo de que la vida “no les va mal” no me refiero al nivel socio-económico sino a la felicidad y a la satisfacción personal.

La clave de todo el asunto está en determinar quién tiene legitimidad para decidir qué conocimientos debe adquirir un niño. Al fin y al cabo, Rothbard ha elegido los mismos conocimientos que el Estado, sólo que desarrollándolo de otra forma (mucho más acertada, todo hay que decirlo). Pero ¿quién debería tener la última palabra? ¿El Estado o los padres? Si es el Estado, entonces adiós libertad, adiós diversidad, adiós independencia. “Lo que se enseñará –dice- es la doctrina de obediencia al Estado (…) surgirá una raza de pasivos seguidores del Estado. Y como se habrán desarrollado de una forma incompleta, sólo estarán medio vivos”.

Por otra parte, al considerar que no todos los padres están académicamente preparados para instruir a sus hijos, Rothbard demuestra no confiar plenamente en la capacidad del mercado para innovar y dar una solución satisfactoria a los padres que se plantean la no escolarización. Él no pudo prever algo que ha ocurrido: el mercado ha sido capaz de encontrar alternativas para proporcionar a los niños toda la instrucción que requieran al margen de escuelas y de profesores particulares. Y ¿qué recursos proporciona el mercado? Vamos a mencionar sólo tres a modo de ejemplo:

  1. Internet. En la red pueden encontrarse fácilmente recursos gratuitos, se ponen en contacto familias homeschoolers de cualquier parte del mundo y se intercambian materiales (¿qué sería de los homeschoolers sin e-bay, los foros o las listas de correo?)
  2. El método Doman de estimulación temprana que incluye programas de lectura, matemáticas, conocimientos enciclopédicos, música, escritura y excelencia física. Glenn Doman en sus libros expone los fundamentos y la filosofía del método y no sólo explica cómo llevarlo a cabo desde casa sino que también explica cómo confeccionar los materiales necesarios, por lo que aquí el coste económico varía en función de las posibilidades y la disponibilidad de cada familia. Doman considera que todos los niños nacen con un potencial intelectual infinitamente superior al que Leonardo Da Vinci logró desarrollar en toda su vida, y que depende de los padres de cada uno facilitar el mayor o menor desarrollo del potencial de cada uno, para lo que propone sus diferentes métodos, aplicables algunos desde el nacimiento, y cuya regla de oro es: “si tú o tu hijo no os divertís, déjalo, algo estás haciendo mal”. El método se fundamenta en proporcionar la mayor cantidad de información posible de modo que se vayan crean conexiones neuronales, cuantas más mejor, que repercutirán directamente en el desarrollo de las capacidades intelectuales y físicas del niño. Una pregunta que habitualmente formulan las madres de niños pequeños cuando oyen hablar de este método es: “Si aplico el método a mi hijo y aprende a leer antes de los tres años y a multiplicar y dividir antes de los cinco, ¿no se aburrirá cuando vaya al colegio?”. Y la respuesta de Glenn Doman es otra pregunta: “¿Y qué niño no se aburre en el colegio?”.
  3. El método Kumon de matemáticas y lenguaje. Toru Kumon es un profesor de matemáticas japonés cuyo hijo fracasaba justamente en esta asignatura. Esto hizo que se replanteara la manera de enseñar la materia y diseñó su propio material para enseñar a su hijo, desde lo más básico hasta lo más avanzado. El resultado fue tan sorprendentemente positivo que sus conocidos empezaron a pedirle copias del material para aplicarlo con sus respectivos hijos. Así se fue extendiendo el método hasta convertirse en una red de franquicias extendida por todo el mundo. Cuesta unos 60€ al mes y el alumno debe trabajar de 10 a 20 minutos diarios (incluyendo días festivos y períodos vacacionales). Se asigna un instructor que, en principio, será el mismo durante todos los años hasta que termine, quien hace un seguimiento personalizado de cada alumno. Se fomenta el autodidactismo y los niños desarrollan una alta capacidad de concentración al tiempo que adquieren hábito de estudio que les sirve para el estudio de las demás materias escolares. Por tanto, además de tener un rendimiento superior a la media, no tienen fracaso escolar y consiguen una importante optimización del tiempo: está empíricamente demostrado que los alumnos de Kumon que están escolarizados realizan las tareas en aproximadamente un tercio del tiempo que necesitan sus compañeros, lo cual les deja más tiempo libre. Además, el nivel de dificultad aumenta de forma gradual, tan paulatinamente que el alumno apenas lo advierte. Todo ello hace que se consigan conocimientos avanzados en la materia sobre una base muy sólida. Un niño que empiece el método entre los dos y los tres años de edad, cuando llegue a 5º de Primaria (unos diez años de edad) con casi toda seguridad estará haciendo matemáticas avanzadas a nivel universitario. Y divirtiéndose. Visto el éxito del método Kumon de matemáticas, se desarrolló también el método Kumon de lenguaje que ya existe en varios idiomas.

Con todos estos recursos disponibles por poco dinero, sólo hace falta un poco de voluntad y organización para dar instrucción a los hijos sin necesidad de escolarizarlos.

Legalidad (o no) de la no escolarización

El homeschooling está legalmente reconocido en todos los países europeos excepto en Alemania, donde es obligatoria la escolarización de los 6 a los 18 años y se prohíbe expresamente la escuela en casa mediante un decreto del III Reich que sigue vigente. Hay unas 400 familias que, a pesar de la prohibición, no tienen a sus hijos escolarizados y todas ellas tienen algún procedimiento judicial abierto. Incluso se pidió la pena de cárcel para una joven de 15 años llamada Melissa Busekros que no estaba escolarizada.

En Francia el homeschooling es legal pero está fuertemente regulado y controlado; deben seguir el currículum oficial y examinarse periódicamente. Además, existe la opción de la educación a distancia.

En Hungría también está permitido pero regulado: ha de seguirse el currículum oficial y examinarse dos veces al año.

En Bulgaria se permite la educación en casa sólo para situaciones determinadas en función de las especiales necesidades físicas o mentales del niño; deben matricularse en un centro escolar y seguir el programa educativo fijado por el gobierno. Las familias que educan en casa sin cumplir los requisitos legales se exponen a penas de multa e incluso de cárcel.

En Holanda únicamente se permite, previa concesión de un permiso especial, por razones religiosas o morales. Sin embargo, la interpretación de la ley se hace de un modo restrictivo y el permiso se deniega en la mayoría de los casos. Si el niño ha estado escolarizado, se prohíbe incluso la solicitud del permiso.

En Polonia se permite pero la regulación es muy estricta. Los padres deben pedir autorización y los requisitos exigibles se determinan a discrecionalidad de la autoridad competente y de los responsables de los centros educativos. Además, los niños educados en casa deben superar los exámenes oficiales anualmente.

En Ucrania se permite, pero las autoridades locales suelen imponer más requisitos que los expresamente indicados en la legislación.

En Chequia se permite la educación en casa hasta la edad de doce años. A partir de ahí la escolarización es obligatoria.

En Irlanda está oficialmente reconocida la educación en casa.

En Lituania la escolarización es obligatoria desde los 7 hasta los 16 años. Sin embargo, la Ley de Educación permite la educación en casa siempre que se siga el currículum oficial y se pasen exámenes periódicamente (una o dos veces al año).

En Rumania la educación en casa está prohibida como tal, pero existe la opción de darse de alta ante la autoridad educativa como escuela privada.

En Suiza la educación en casa es legal y está cada vez más extendida. Las competencias en materia de educación corresponden a los Cantones pero la normativa local puede añadir requisitos a la no escolarización.

En el Reino Unido la educación en casa es legal y no se exigen requisitos a menos que haya existido escolarización previa. En este caso, los padres tienen obligación de poner en conocimiento de la autoridad educativa su intención de desescolarizar.

En Italia, el decreto legislativo de abril de 1994 establece que “Los padres pueden asumir la enseñanza (obligatoria) de sus hijos. Los padres que eligen esta opción han de demostrar capacidad económica y técnica para asumir la enseñanza de sus hijos y comunicarlo anualmente a la autoridad educativa competente.”

En Portugal, aunque la ley permite la educación en casa, ésta es una opción prácticamente desconocida: en el curso 2006/2007 tan sólo cuatro niños de tres familias diferentes estaban siendo educados en casa. Los requisitos son: realizar exámenes de equivalencia con una frecuencia bianual y, a partir del 9º curso, realizar los exámenes nacionales de lengua portuguesa y de matemáticas.

En España existe un vacío legal al respecto, por lo que las familias que no escolarizan se amparan en el Principio de Permisión, por el cual todo aquello que no está expresamente prohibido, se considera permitido. Obviamente, el ordenamiento jurídico no puede limitar la libertad de los ciudadanos si no lo hace de manera expresa e inequívoca. Además, estas familias, se amparan en las siguientes normas:

Artículo 27 de la Constitución Española, que dice:

1.- Se reconoce la libertad de enseñanza.

3.- Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones.

Artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que dice:

1.- La instrucción elemental será obligatoria. 3.- Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 154 del Código civil, que recoge los deberes y facultades derivados de la patria potestad y dice:

1.- Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

Además, consideran que la Ley Orgánica de Educación de 2006, al introducir el término “escolarización obligatoria” viola directamente estos tres artículos. Por tanto, la realidad es que existe una gran inseguridad jurídica respecto a este tema en España. A veces las familias son denunciadas; a veces, no. Cuando son denunciadas, tampoco queda muy claro quién tiene las competencias para determinar si lo que hacen es legítimo o si hay dejación de las obligaciones familiares. A veces el tema pasa de Asuntos Sociales a la Fiscalía; de ahí, puede archivarse el caso o puede llegarse a imputar a los padres un delito de abandono de familia. Actualmente hay varias familias que se encuentran en esta situación.

Las familias homeschoolers españolas se organizan para negociar con las administraciones el reconocimiento legal de esta opción educativa. Existe una sola asociación a nivel nacional, la “Asociación para la Libre Educación” (www.educacionlibre.org), que cuenta actualmente con 204 miembros y mantiene contacto con asociaciones de otros países. Otras familias se organizan a nivel autonómico, como la coordinadora “Educar en familia” en Cataluña (www.educarenfamilia.org) o la asociación “El cole en casa” en Aragón (www.elcoleencasa.org). Ello se debe a que las competencias en materia de educación corresponden a las autonomías y, por tanto, el propio Ministerio de Educación y Ciencia incitó a las familias a trabajar a nivel autonómico para comunicar y negociar sus peticiones.

En general se pide reconocimiento legal, pero no regulación, dado que toda regulación conlleva limitación de las libertades y, como hemos visto al analizar la situación legal en otros países europeos, quizás el vacío legal de la legislación española no sea más que un mal menor.

Simplemente piden no quedar fuera de la ley y que sus hijos tengan acceso a los exámenes oficiales para obtener las correspondientes titulaciones a la misma edad que los niños escolarizados. Como escribe uno de los fundadores de la “escuela libre” Olea, de Castellón: “Tan sólo sería necesario que las autoridades vigilasen que realmente los niños no escolarizados no están abandonados o explotados. No deseo una regularización de nuestros espacios ya que toda regularización impone ciertos objetivos y deja de ser completamente libre para pasar a ser libre pero con unos requisitos mínimos. La mayoría de estos espacios han sido creados por familias que han estado vinculadas a la educación institucional y que, al tener hijos, han dicho: -esto no lo quiero para mi hijo”.

Para que exista verdaderamente libertad de educación, es necesario que los padres tengan el derecho a elegir, libremente y sin amenaza de represalia alguna, la educación que consideren mejor para sus hijos, sea optando por algún tipo de escuela o bien optando por la no-escuela, sea haciendo “homeschooling” o “unschooling”. La no-escuela es la máxima expresión de la libertad educativa: como hemos dicho, la mejor instrucción es la que se da individualmente, respetando las necesidades, aptitudes, intereses y ritmos de cada niño. Es por ello que cada vez más familias españolas se decantan por esta opción pese –o gracias- al vacío legal existente.

Jorge debe ayudar

Algunas personas creemos que la interaccion voluntaria y el orden espontaneo son alternativas realistas y preferibles a la coercion del estado como forma de organizar la sociedad.


ANSES: ¿y los jubilados?

Subir, simultáneamente, los costos del capital y los costos del trabajo a la larga, resulta inviable.

COSTOS

Ya mucho se ha escrito y discutido en torno al DNU que modifica las condiciones de accionista minoritario del Estado, a través del ANSES, en empresas privadas de capital abierto.

Y la falacia de todos los argumentos oficiales ha quedado al descubierto rápidamente.

En apretada síntesis:
  1. El ANSES “heredó” las condiciones de inversor previsional de largo plazo de las AFJP. La característica principal de ese inversor, no es la de intervenir en el manejo estratégico de las empresas, sino tratar de maximizar el valor de su capital invertido en el largo plazo. En ese sentido, no conviene la distribución de dividendos –que implica sacar la plata de la empresa, y reducir su capacidad de crecimiento futuro, al transferirles el dinero a sus accionistas, en particular a los mayoritarios- .
  2. Agregar uno o dos directores más, en minoría, no cambiará demasiado las decisiones de las empresas, salvo presiones adicionales a las que ya reciben por otros carriles. (Más allá de algún beneficio “particular”, por un cargo, o por manejar información confidencial de las empresas).
  3. Los problemas generales de los accionistas minoritarios, en la Argentina, si los hay, no son resorte del ANSES, sino de la CNV y de los marcos regulatorios.
  4. Esto se ha convertido en una operación más de marketing político –nos enfrentamos a las corporaciones empresarias. Se acabó el Estado bobo, etc.- sin consecuencias prácticas a favor de los futuros jubilados –ya los estafaron con los bonos ajustables por CER y con la expropiación de sus ahorros-, o de los actuales –les liquidan mal las jubilaciones diferentes a la mínima, y se acumulan juicios-. Sin contar que el famoso Fondo de Garantía de Sustentabilidad, por su monto y gran componente de deuda pública, ni garantiza nada, ni es sustentable.
Pero lo que no refleja esta discusión, es el efecto “macro” de esta decisión.

En ese sentido, lo más grave de todo este nuevo circo beat del oficialismo, es que, otra vez, el gobierno se “cacarea” en el orden jurídico y decide, mediante un DNU, saltear al Congreso, que está en funciones, o debería estarlo, si no fuera por la complicidad de parte del arco opositor, y parte del poder judicial.

Este nuevo DNU, se suma a las órdenes telefónicas de los funcionarios. A las multas inexplicables a la libertad de trabajo y opinión de consultoras económicas. A las prohibiciones de exportar o importar, más allá del normal “comercio administrado” que rige en el mundo. A la arbitrariedad intervencionista.

Todo esto no hace más que elevar absurdamente los costos de capital en la Argentina.

Tan absurdamente, que nuestro país ya retrocedió varios puestos en la recepción de inversión extranjera directa. Mientras los locales siguen fugando capitales (al contrario de lo que pasa en el resto de la región).

Si repasan la información periodística de estos meses, las escasas inversiones que se anuncian tienen un “regalo” para compensar el alto costo del capital derivado de las propias acciones del Gobierno.

O se financian con el Fondo del Bicentenario. O se derivan de una protección especial que pagamos todos los argentinos con sobreprecios. O son resultado de algún régimen marketinero de intercambio de exportaciones –que se iban a realizar de todas maneras- por importaciones –que no deberían estar prohibidas-.

O responden a una decisión estratégica de una compra muy “barata”. O son de muy corta recuperación.

Pero como los regalos crediticios o los regímenes especiales no alcanzan para todos, para el resto, el costo del capital está aumentando sustancialmente.

Todo aumento del costo de capital, tiene que terminar, tarde o temprano, en una baja del costo del trabajo.

Esa baja del costo del trabajo se logra con fuertes ganancias de productividad –obviamente, incompatibles con la situación descripta y el “clima” general de una sociedad maximizando la fiesta de corto plazo- o, como siempre, con una devaluación que reduce el costo laboral y el gasto público en la moneda de reserva, cada vez que la aventura populista se exacerba y hace crisis.

Obviamente, la debilidad del dólar, las bajas tasas de interés, los buenos precios de la soja, en medio de una “revolución de las cantidades” demora y aleja ese momento.

Pero la economía privada “libre de regalos” hace rato que no crea empleo.

La pública, sigue creando empleo ineficiente y baja aún más la productividad, y cada medida que toma el gobierno, como se expresara, aumenta los costos del capital y del trabajo (por el intento de modificar la distribución del ingreso en forma artificial).

En síntesis, las actuales condiciones internacionales mantienen la fuerza por la revaluación del peso, mientras el gobierno K. se encarga de compensar dicha tendencia de la peor manera, desalentando la inversión externa y local genuina, y elevando los costos del capital y del trabajo. Si no se cambia el rumbo y se “profundiza” el modelo, el final es conocido. Pero la dinámica, como siempre…es otro precio.

Enrique Szewach. http://www.szewachnomics.com.ar/

Los Catedráticos: La Rebeldía - 14/04/11



Facts

Los votos se compran y se venden.

Igualdad ante la ley Vs. Esclavitud

Socialismo liberal, otra vez

Vuelve el socialismo liberal, una idea que se le ocurrió al propio Marx en 1847. Desde entonces no ha dejado de aparecer y desaparecer como el Guadiana.

Schumpeter catalogó con destreza a los Principios de Economía Política de John Stuart Mill de 1848 como “liberal-socialist” (English Economists and the State-managed Economy, Journal of Political Economy, Vol. LVII, Nº 5, octubre 1949, p. 372). Hace un siglo, el fundador del socialismo argentino, y primer traductor al español de El Capital, Juan B. Justo, apostó por el libre comercio y por el patrón oro, que debía ser a su juicio “un postulado proletario” (Early Liberal Socialism in Latin America. Juan B. Justo and the Argentine Socialist Party, The American Journal of Economics and Sociology, Vol. 67, Nº 4, octubre 2008, pp. 567-603).

De lo mismo habló en 1930 el italiano Carlo Rosselli en Socialismo liberal. También hubo socialistas liberales en los años de Felipe González en España. Y ahora, Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social de la Universidad del País Vasco, con su reciente trabajo: La renovación liberal de la socialdemocracia, Fundación Ideas, 2010.

Como diría La Trinca: “Quesque´se se merdé”. Así habla el profesor: “Se trata de poner al mercado al servicio del bien público y la lucha contra las desigualdades… sustituyendo aquella respuesta mecánica a los problemas sociales consistente en intensificar las intervenciones del Estado por formulaciones más flexibles de colaboración entre Estado y mercado, con formas de Gobierno indirecto o promoviendo una cultura de evaluación de políticas públicas”.

Este es un socialismo resbaladizo, porque se viste de amigo cuando no parece serlo. Por ejemplo, “poner al mercado al servicio del bien público” no requiere intervención alguna, porque el mercado es la expresión libre de los ciudadanos: en ningún caso exige un ministerio.

Conviene aclarar qué cosa es “luchar contra las desigualdades”, porque o bien uno es liberal, y por tanto está a favor de la igualdad ante la ley, o bien uno es socialista y está a favor de la igualdad mediante la ley, que necesariamente quebranta la libertad. El Estado y el mercado no pueden “colaborar”, o no pueden hacerlo, desde la fantasía que ignora que el Estado es la coacción y el mercado la libertad.

Fascismo argentino

Por Alberto Benegas Lynch (h)
Diario de América

Resulta de gran importancia detenerse a considerar el significado del fascismo que es un expresión que habitualmente se usa livianamente. La diferencia entre el comunismo y el fascismo radica en que en el primer caso la propiedad la usa y dispone de ella el gobierno, mientras que la característica del régimen fascista es que permite que las personas tengan registrada la propiedad a su nombre pero usa y dispone el gobierno. Ambas tradiciones tienen en común inclinaciones socialistas y colectivistas pero el comunismo es mas franco mientras que el fascismo es mas hipócrita.

Ejemplos de fascismo son, por ejemplo, la educación cuando los ministerios del ramo deciden los contenidos curriculares. De este modo, los colegios llamados privados deciden acerca de las características edilicias o el color de los uniformes pero lo que allí se expende, esto es el contenido educativo, está decidido por el aparato estatal. Otro ejemplo que puede aparecer como inocente es el régimen de taxis en muchas ciudades. El horario de trabajo, la tarifa, el tipo de vehículo y su color están decididos por los gobernantes de las municipalidades. El taxista tiene el registro de la propiedad del automotor pero no dispone del mismo, ergo el verdadero titular es el estado.

Se podrá debatir mucho sobre diversos aspectos de los antedichos ejemplos, pero el hecho es que en el régimen fascista la propiedad queda debilitada cuando no eliminada en los hechos. En la Argentina hay dos manifestaciones claras de fascismo: la legislación sindical que está copiada de la Carta de Lavoro de Mussolini y los llamados “acuerdos de precios” que es una forma burda de encubrir controles de precios.

En esta nota nos detenemos a considerar esta último caso. En realidad si los errores en la política fueran novedosos resultaría un desafío refutarlos, pero, lamentablemente, los desaciertos como la intención de manipular precios desde el gobierno, resultan tediosos y por momentos generan efectos bostezantes hasta el límite de lo tolerable debido a la reiteración e insistencia con que se han aplicado estas políticas, siempre con los resultados mas bochornosos.

Lamentablemente se sigue pensando que es posible disimular la inflación rompiendo el termómetro en lugar de curar la infección. Veamos los efectos de imponer precios menores de los que aparecen en el mercado como consecuencia de arreglos contractuales entre las partes.

En primer lugar, dado que el precio resulta artificialmente menor de lo que hubiera sido sin la intromisión gubernamental, aparece mas gente que puede adquirir el bien en cuestión. Es decir, hay una expansión artificial en la demanda. Ahora bien, no por este hecho irrumpen súbitamente como por arte de magia en las estanterías de los negocios mayor cantidad de mercancías, por ende la primera consecuencia es la escasez y el faltante.

Además, los productores marginales -aquellos que apenas podían competir a los precios corrientes- desaparecen del mercado ya que se les está pasando una señal falsa indicándoles que no son competentes para producir o distribuir ese bien. Mas aún, como los indicadores -los precios- se distorsionan los operadores económicos están siendo ahuyentados de las áreas sujetas a precios artificialmente bajos y son atraídos a campos que, en verdad, resultan menos importantes.

En resumen, estos controles de precios disfrazados de “acuerdos” bajo diversas amenazas y chantajes, como queda dicho, terminan en un grave perjuicio para el consumidor debido a la escasez resultante que se agrava porque se compromete la producción futura del bien de que se trate. Es que en economía no hay magias no alquimias posibles. Las expansiones monetarias que realizan hoy las autoridades no pueden esconderse manipulando precios o falsificando indicadores en las oficinas oficiales de estadísticas como es el caso de esta Argentina crecientemente fascista.