Consejos del doctorcito Goebbels a una sudaca prominente

Por Ernesto Poblet

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Don Joseph Goebbels -aquel legendario Ministro de la Propaganda e Información de Hitler- hablaba un lunfardo con acento medio teutón pero se hacía entender: “Piba, vos mandate cien bolazos juntos en una hora. Te creerán diez y ya es bastante.

Empezá con algo grosso. Algo así como que los cacerolazos no fueron espontáneos. Invocá una cadena de mails por la mañana. ¿quien te puede desmentir…?. Ahora hay mails de toda clase y a cada segundo. Eso sí, no se te ocurra exagerar. Si decís que los caceroleros fueron llevados en ómnibus y distribuídos para cacerolear en todo Buenos Aires y las provincias y repartieron sándwiches y coca, nadie te cree. Son giles pero no tanto.”

“El bolazo que los va a impresionar es ese en el que rebajaste las retenciones en girasol y trigo. A eso lo tenés que colocar suavecito, al pasar –modestamente- no sea que a algún loco se le ocurra decir que la rebaja fueron las chirolitas ésas del 0,08%. Si te comparan con el latrocinio de la soja que llegó al 44,1% móvil, te sale el tiro por la culata. Cuidate en eso.”

“Piba, date cuenta una cosa. Si lo convenciste a Martincito que te defendiera técnicamente las retenciones, vos no te metás en la cosa técnica. Si Martincito macanea y saca a relucir el ABL de Macri por que lo aumentó y lo compara con tu latrocinio de la soja, todos los intelectuales le van caer encima. ¡Pará Chantún!, le van a decir… El ABL no es un impuesto, es una tasa, y hasta Aníbal que es contador sabe la diferencia entre una tasa y un impuesto.”

“Te van a robar prensa diciéndote que la tasa va directo al servicio del alumbrado, del barrido y la limpieza. Y así les das la oportunidad de descubrirle a la gilada que la retención a la soja va para pagar tus aviones, helicópteros, tus Vuiton y Botox, tus modelitos diarios y los ñoquis del Estado. También para los servicios de inteligencia (éstos cómo han aumentado últimamente). Lo mismo pasa con los sobreprecios publicitarios que convenís con los diarios y radios. ¡Y cuántas otras cosas más…!”

EL DORIMA CRIOLLO Y EL JEFAZO ARIO

“Además ya te están reprochando que a tu Dorima se le ha ido la mano con el gasto público y vos no te quedás atrás tampoco. Cuidate hija. Vos seguís con la tuya, pensá varias veces que en tu chamuyo estás solita, sólo te acompaña el micrófono, la cámara y millones de giles escuchándote. Viéndote los mohines y los arreglitos del pelo, cosa que a tu Dorima nada de eso le pasaba. Decile a la muchachada cien veces -si te fuera posible- que la platita de las retenciones vuelven al pueblo en ayudas, calles, caminos, comida, vivienda, viajes a Disney, a los hoteles de Moyano ¡ Y cuantas otras cosas más…!”

“Decile a Alberto que te haga una lista de las maravillas que vas a hacer devolviéndoles en obras y subsidios los quince mil palitos que te recaudás con la soja. No te metás en los tecnicismos, te repito. Mirá si por ahí se te escapa o dejás deschavar que el 44,1% de la soja se aplica en el capital de producción.

Vos dejá que crean que sólo se aplica en el neto de la ganancia. Eso lo saben los que pagan y por más que se desgañiten implorando nadie les va a dar bola. Una frase tuya en la horita de Parque Norte tiene más efecto que los doscientos pelotudos que explican técnicamente la realidad.” El doctorcito Goebbells gustaba de parlanchear bastante. Era el pico de oro de aquel famoso régimen. Como Alberto, explicaba todo lo inexplicable y defendía lo indefendible

“No te olvides que la propaganda que distribuimos desde el Estado cuida precisamente eso. Me acuerdo en el Reich, por un avisito de morondanga pagábamos carísimo y así los medios nos pasaban cientos de reportajes y noticias favorables a nosotros, el Estado.” Goebbels se había entusiasmado tanto que de golpe olvidó sus viejos tiempos acabados en el bunker de la Cancillería de Berlín, allá por abril de 1945.

Pero siguió inmutable con la sabiduría que dan los años esotéricos del más allá. “Piba, repetí mucho eso de los pobres y los que menos tienen. Imaginate, los pipistrilos paupérrimos se ilusionan y ya se ven veraneando gratarola en los cinco estrellas de Moyano. La muchachada estudiantil, los psicólogos, sociólogos y otras profesiones que detentan una buena porción de tilingos, están prestos a comprarte esa filantropía dicharachera tuya. Tu Dorima los acostumbró así.”

“Piba, seguí con la cantinela de Luisito, el de las piñas y los piquetes, al General en los cuarenta le fue bien con eso de los oligarcas y los vendepatrias. Después de viejito cambió algo. ¿Quién le da bola a esos que dicen que ahora son cientos de miles los productores agrarios y que laburan personalmente en el mismo campo?. Vos distribuí la vieja imagen del estanciero con montura inglesa que eso penetra bien. ¿Viste los de las novelas brasileñas…?”

“Imaginate esos tipos con los quince mil millones de las retenciones en sus faltriqueras administrándolos ellos. Se lo van a gastar en insumos, glifosato, qué se yo de esas cosas de ahora. Se invertirán la guita en reequiparse de esa agroindustria de mierda que creció sola en la Argentina antes de que Montoya o Moreno se dieran cuenta. Por favor ¿para qué tenés un Ministerio de Planificación Federal…? ¿Te imaginás esa guita en manos de Julio el arquitecto…? Con el arte y la experiencia que tiene ese tipo para evaluar tasas de interés en los bancos del exterior… ¿Quién mejor que él…? El anteojudo se la sabe lunga, se la sabe.” Joseph Goebbels sonreía mefistofélicamente…

“Piba, jugate. ¡Cómo me gusta tu Dorima…! Me trae nostalgias de un Jefazo que tuve antes, hace muchos años. Qué idea genial tuvo tu peor es nada el día que se le ocurrió lo de la “burguesía nacional”. ¿Sabés que a mi Jefazo se le antojó algo así…? Juntó como a cinco familias requetepudientes y se largaron a suscribir todos los contratos con el Tercer Reich. Perdoná que te hable así. El Reich ese era el Estado alemán. Mi Jefazo era socialista obrero e inventó el nacional-solcialismo o capitalismo de Estado. Más o menos a lo que tiende el piola de tu Dorima. De las cinco familias a lo mejor te acordás de los Krupp.”

Don Joseph Goebbels, ya viejo y encorvado, siempre con su zapatito ortopédico que lo hacía renguear algo, elegante en sus graves pilchas negras, bien peinado a la gomina, restregaba entusiasmado sus manos, sonreía feliz: “Piba, vos dejá que Julio el arquitecto siga haciendo sus “anuncios”. Con el tiempo nadie se acuerda de nada, pues Julio, rapidito se apura a tapar viejos proyectos con otros asombrosos y la gente se apabulla de lo lindo. Cuando ya nadie cree o se olvidó de los megas gasoductos de los amigos Chavez y Evo aparece el tren bala. Cuando se asustan por la fragilidad del gas y la electricidad Julito te inaugura por arte de magia dos usinas térmicas que empezarán a funcionar Dios sabe cuando.

El Plan Nuclear ¿te acordás en 2006…? miles y miles de millones de dólares, una maravillosa empresa canadiense con la mejor tecnología. Todo va quedando en la nada pero nadie chilla. Se armó la podrida en la Conea porque la copó el gremio y algunos ecologistas y al final no hay ningún problema. Por ahí, si arreglás el fato del Club de París y el FMI, el asunto comienza a marchar y los amigos de la burguesía nacional empiezan a descorchar las botellitas del Pommery.”

“Vos anunciá, anunciá que todo se olvida. Cuando vengan las elecciones anunciá mucho más y de lo malo que te suceda le echás la culpa a Macri. ¡Ojo…! Nunca culpes a la Carrió. Ésa es una artista. Por ahí se hace encarcelar y te birla las elecciones del 2011.”

“Piba, seguí diciendo que todo lo bueno lo hizo solamente tu Dorima. El bienestar y el desempleo se deben a las medidas que él implementó. Quedate tranquila. Nadie te va a pedir cuenta, nadie se va a atrever a preguntarte cuáles son esas medidas. ¿Vos creés que Dady Brieva o el Negro Oro te van a poner en ese brete…?. Son tipos macanudos.”

“Piba, a cuanto loquito se le ocurra decir que el bienestar y el empleo vinieron por los 20.000 millones de dólares, esos que entraron al país desde 2003 para arriba, gracias a la soja y no por el cuento chino; vos hacé chito la boca, como que no oíste nada. Dejalos que se desgañiten gritando eso. Si te ponés a discutir perdés como en la guerra. Si se interesan por investigar el asunto de la exportación de la soja maravillosa que se hizo desde 1996 (imaginate… ¡mediados de la década del noventa, qué horror…!). sonamos todos, sonamos… Hasta podrían descubrir que al encantador Puerto Madero -donde atiende tu Dorima- lo hizo el impresentable de Carlos Grosso, lo hizo…”.

“Lo mismo si te hablan del contexto de la economía mundial, eso de los tres mil millones de indios y chinos morfando porotos de soja. Vos con el dedito les explicás -como sabés hacerlo- que todo el bienestar vino gracias a tu antecesor en el sillón de Rivadavia y los obligás a cambiar de tema en el acto. Hablales del romance entre el Kum Agüero y Gianina Maradona. Así demostrás que estás al día con los asuntos que interesan a la gente.”

OTROS CONSEJOS DEL VIEJO GOEBBELS

“Escuchame Piba: Eso del “Piquete de la Abundancia” fue astuto. Vos tenés que lograr que la gente que te vota se acostumbre a la falta de todo y odie la riqueza y el bienestar. ¿Vos sabés la bronca que almacena la mujer pobre y el infeliz que no le alcanza ni para los fasos, saber que hay otros malditos que ganan plata…? No te olvides, tenés que lograr que siempre piensen que vos sos la salvación y el maldito que está del otro lado le piensa robar lo poco que tiene. Eso no falla jamás. Esa gente va a estar siempre con vos a muerte. Preguntale a Luisito, el gordo de la piña fácil. Si hasta lo mantenían en la época que el Cabezón empezó con los planes “Trabajar”. El vivaracho éste se aplicaba para él una cuota sindical deducida de cada uno de los 150 manguitos mensuales que repartía. A este Luisito lo hubiera querido tener en las SS.”

“Conservate en el rincón donde empezó tu existencia. Vos y tus íntimos tienen que decidir si tu gente siembra mandioca o maíz o trigo o exportan carne. La muchachada por su cuenta no puede decidir eso porque vos perderías la manija. Tu Dorima lo maneja muy bien a ese yeite. Igual que mi Jefazo. No le aflojaba ni un tranco de pulga a nadie.”

“Hacete amigo del juez y no descuidés los gobernadores ni los intendentes. Cuidate con esos, donde le aflojés cuerda te pueden crear grandes problemas. Son demasiado pedigüeños. Hacé como hacía tu Dorima. Retaceales de vez en cuando los giros de fin de mes cosa de poner nerviosos a los empleados de la provincia o el municipio ¡Ahí sí que te van a respetar…!”

“Insistí mucho con el Proceso Militar, no te olvides ni un día y dramatizá con su vuelta, eso les da temor. Volvelos locos con que el desempleo no pasa del 7%, nadie te lo va a discutir, eso sí, no exageres en bajarlo mucho, todo tiene su límite, inclusive estas cosas… y a la industria hacela crecer todos los meses, al menos en el Indec, eso no cuesta nada. Tratá que ningún informativo de radio o TV se olvide que cualquier cosa creció este mes tanto por ciento más que en el mismo mes del año anterior. Bombardealos con esos informativos. Acordate de la tortura de la gota de agua.”

“Te salió bien eso de que los caceroleros gritaban para que vuelva el dictador. Te felicito. Veo que sos buena aprendiza. También te felicito por tus discursos sin machetes. Mi Jefazo era un fenómeno para eso. Lo único que lo distinguía de tu estilo era su histrionismo. Se ponía dramaticón en cada discurso. Vos sos más medida, más profesoral. El Jefazo discurseaba con sus dos brazos para adelante, para atrás, para el costado y para adentro. Observalo bien en los noticieros de la época. A vos te encuentro más cauta. Sólo movés wagnerianamente el dedito índice.”

“Y te despido mi querida discípula sudaca, con letra de tango. ¡Atenti pebeta, seguí mi consejo, yo soy zorro viejo, y te quiero bien…!”

Gentileza en exclusiva para NOTIAR

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